Critica de Alejandro Reche Selas
" La locura se puede abordar de muchas maneras diferentes, por eso tomo las palabras de la novela de Torcuato Luca de Tena para hablar de "Elling" ya que ambos títulos tratan el mencionado tema con la sensibilidad suficiente para despertar en el lector/espectador sonrisas y lágrimas.
El director Andrés Lima, que ya estuvo en el Teatro Lope de Vega con una versión arriesgada y transgresora de ‘Tito Andrónico’, de William Shakespeare, ha vuelto con una pieza peculiar por diversos motivos. Uno porque se trata de una obra basada en una novela del escritor Invar Ambjornsen, autor noruego desconocido por estas latitudes ya que de este país el público suele tener como referencia a su compatriota Henrik Ibsen, autor clave del teatro del siglo XIX, gracias sobre todo a ‘Casa de muñecas’, obra de la que se vio una versión en este teatro de la mano de Silvia Marsó el año pasado bajo la dirección de Amelia Ochandiano.
En segundo lugar, los actores hacen un trabajo soberbio porque saben mostrarse comedidos o excesivos, debido a su condición, no en vano son dos hombres recién salidos de un manicomio.
Por un lado, Carmelo Gómez demuestra una enorme versatilidad ya que, en lo que a teatro se refiere encarnó hace más de una década al atormentado Brick de ‘La gata sobre el tejado de zinc caliente’ de Tennessee Williams y a un alcohólico en ‘Días de vino y rosas’. de J. P. Miller , más recientemente.
En esta ocasión Gómez se muestra vulnerable y desmadrado a la vez, mientras que Javier Gutiérrez está genial y muestra su lado más animal y primario. Finalmente Rebeca Montero y Chema Adeva dan muestras de una gran calidad interpretativa al encarnar a varios personajes muy diferentes entre sí a lo largo de la función.
La puesta en escena es sencilla: un cuadrado en el que caben dos camas, una mesa, una radio y un indispensable teléfono. Mientras, la música romántica interpretada en directo contribuye a envolver al público en un mundo donde la locura, los sentimientos y, sobre todo, la amistad afloran con fuerza haciendo que el público se ría en determinados momentos y sienta ternura por la pareja protagonista en otros. En resumen, Andrés Lima consigue dar un salto al vacío del que sale bien parado gracias a unos actores que muestran el lado más tierno de la locura.
La locura se puede abordar de muchas maneras diferentes, por eso tomo las palabras de la novela de Torcuato Luca de Tena para hablar de "Elling" ya que ambos títulos tratan el mencionado tema con la sensibilidad suficiente para despertar en el lector/espectador sonrisas y lágrimas.
El director Andrés Lima, que ya estuvo en el Teatro Lope de Vega con una versión arriesgada y transgresora de ‘Tito Andrónico’, de William Shakespeare, ha vuelto con una pieza peculiar por diversos motivos. Uno porque se trata de una obra basada en una novela del escritor Invar Ambjornsen, autor noruego desconocido por estas latitudes ya que de este país el público suele tener como referencia a su compatriota Henrik Ibsen, autor clave del teatro del siglo XIX, gracias sobre todo a ‘Casa de muñecas’, obra de la que se vio una versión en este teatro de la mano de Silvia Marsó el año pasado bajo la dirección de Amelia Ochandiano.
En segundo lugar, los actores hacen un trabajo soberbio porque saben mostrarse comedidos o excesivos, debido a su condición, no en vano son dos hombres recién salidos de un manicomio.
Por un lado, Carmelo Gómez demuestra una enorme versatilidad ya que, en lo que a teatro se refiere encarnó hace más de una década al atormentado Brick de ‘La gata sobre el tejado de zinc caliente’ de Tennessee Williams y a un alcohólico en ‘Días de vino y rosas’. de J. P. Miller , más recientemente.
En esta ocasión Gómez se muestra vulnerable y desmadrado a la vez, mientras que Javier Gutiérrez está genial y muestra su lado más animal y primario. Finalmente Rebeca Montero y Chema Adeva dan muestras de una gran calidad interpretativa al encarnar a varios personajes muy diferentes entre sí a lo largo de la función.
La puesta en escena es sencilla: un cuadrado en el que caben dos camas, una mesa, una radio y un indispensable teléfono. Mientras, la música romántica interpretada en directo contribuye a envolver al público en un mundo donde la locura, los sentimientos y, sobre todo, la amistad afloran con fuerza haciendo que el público se ría en determinados momentos y sienta ternura por la pareja protagonista en otros. En resumen, Andrés Lima consigue dar un salto al vacío del que sale bien parado gracias a unos actores que muestran el lado más tierno de la locura.
La locura se puede abordar de muchas maneras diferentes, por eso tomo las palabras de la novela de Torcuato Luca de Tena para hablar de "Elling" ya que ambos títulos tratan el mencionado tema con la sensibilidad suficiente para despertar en el lector/espectador sonrisas y lágrimas.
El director Andrés Lima, que ya estuvo en el Teatro Lope de Vega con una versión arriesgada y transgresora de ‘Tito Andrónico’, de William Shakespeare, ha vuelto con una pieza peculiar por diversos motivos. Uno porque se trata de una obra basada en una novela del escritor Invar Ambjornsen, autor noruego desconocido por estas latitudes ya que de este país el público suele tener como referencia a su compatriota Henrik Ibsen, autor clave del teatro del siglo XIX, gracias sobre todo a ‘Casa de muñecas’, obra de la que se vio una versión en este teatro de la mano de Silvia Marsó el año pasado bajo la dirección de Amelia Ochandiano.
En segundo lugar, los actores hacen un trabajo soberbio porque saben mostrarse comedidos o excesivos, debido a su condición, no en vano son dos hombres recién salidos de un manicomio.
Por un lado, Carmelo Gómez demuestra una enorme versatilidad ya que, en lo que a teatro se refiere encarnó hace más de una década al atormentado Brick de ‘La gata sobre el tejado de zinc caliente’ de Tennessee Williams y a un alcohólico en ‘Días de vino y rosas’. de J. P. Miller , más recientemente.
En esta ocasión Gómez se muestra vulnerable y desmadrado a la vez, mientras que Javier Gutiérrez está genial y muestra su lado más animal y primario. Finalmente Rebeca Montero y Chema Adeva dan muestras de una gran calidad interpretativa al encarnar a varios personajes muy diferentes entre sí a lo largo de la función.
La puesta en escena es sencilla: un cuadrado en el que caben dos camas, una mesa, una radio y un indispensable teléfono. Mientras, la música romántica interpretada en directo contribuye a envolver al público en un mundo donde la locura, los sentimientos y, sobre todo, la amistad afloran con fuerza haciendo que el público se ría en determinados momentos y sienta ternura por la pareja protagonista en otros. En resumen, Andrés Lima consigue dar un salto al vacío del que sale bien parado gracias a unos actores que muestran el lado más tierno de la locura. "
lunes, 31 de octubre de 2011
Dos entrañables renglones torcidos de Dios
Publicado por Maria-Norte en 14:02
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