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miércoles, 8 de octubre de 2008

LA ELEGANCIA DEL ERIZO (CAPÍTULO II)

PILILEBE DIJO:

Hola a todas, como no sé hacer entradas en el blog, os envío un mail a todas.

No sé si sabéis que La Casa del Libro (en calle Tetúan, para ser más exactas, la calle Velázquez,8) tiene actividades cada mes: tertulias literarias, tertulias filosóficas, presentación de libros, cuentacuentos...

Bueno pues el día 30 de este mes, jueves, a las 7.30 de la tarde, la tertulia literaria gira en torno a la novela "La Elegancia del Erizo". La entrada es libre y se celebra en la última planta. Os lo digo por si os interesa ver otros puntos de vista sobre algo que ya conocéis. Si decidís ir, decídmelo y nos tomamos una cervecita después o un cafelito antes de.
Un beso.

miércoles, 1 de octubre de 2008

REUNIÓN PRE-CACEREÑA

Queridas señoritas de Hoy Libro:

Creo que debido a los acontecimientos que se avecinan el próximo fin de semana, deberíamos quedar un día de estos para ultimar todas las misiones que tenemos en marcha, y de las que no podemos hablar abiertamente en el blog porque presiento indiscretas miradas cacereñas en el aire que podían dar al traste nuestras sorpresas.

Estas son las tareas que quedan pendientes (que yo sepa): Elena tiene que traer, con el beneplácito de su marido, claro, lo que ella sabe para que completemos lo que hicimos la semana pasada y que quedó mono monísimo, y a Pililebe lo mismo le digo, que también ha enmarronao a su marido para lo suyo (está preparando lo que hablamos a última hora en mi casa y no nos salía), Julia Carlota también tiene una cosita (la tendremos que ayudar en el transporte), yo tengo que llamar para cerrar lo que todas sabéis (esperando que no llueva) y Ángela, alias la collarines, confirmar lo que ella sabe para no quedarnos en ayunas. Sor Margaretta, la secre, tiene que buscar la grúa para llevar in situ lo que todas sabemos y que pesa un quintal (gracias también a la inestimable ayuda de su esposo... ¡un monumento a los maridos!). Vamos, que nos quedan unos cuantos flecos que solucionar y qué mejor ocasión que esta para quedar y tomarnos algo.

Vosotras diréis qué día os viene mejor. Como viene siendo habitual cedo los jardines de Mary Cristi para tal evento. María Norte tiene prevista su llegada el jueves para no perderse nada de los preparativos, así que esa tarde sería una buena, ya que el viernes empezamos con los preliminares, porque viene Emma y les estoy preparando una visita al estudio de mi padre (la que quiera puede apuntarse).

Uff! qué acelerón!

domingo, 21 de septiembre de 2008

¿Participamos?... ¡suena apetitoso!

Como os veo inspiradas y de apetito también andáis sobradas (sólo tenemos que recordar a nuestra hermana, "la collarines me lo como tó", os propongo un juego: ¿por qué no escribimos algún relato corto en el blog para este concurso que propuso ayer el suplemento El Viajero de El País?.
Se llama "Andalucía te inspira. Un relato corto pero sabroso".
Si nos decidimos lo mandamos, y si no... jugamos con nosotras mismas en el blog, que eso lo hacemos requetebien. Seguro que tenéis muchas ideas, experiencias o anécdotas sobre sabores de Andalucía (no, sor Margaret, el gintonic no es andaluz!). Puede que vuestra inspiración venga de la mano de un hermoso tomate rojo que arrancásteis con juvenil vehemencia de una mata, o a lo mejor os sale una daliniana historia sobre los bigotes de una cigala, o quizás un caótico gazpacho tome forma de relato, o puede que vuestra melancólica mente os traiga el aroma de esas morcillas serranas que colgaban en la cocina de vuestras abuelas. Confío en vuestro ingenio, y estoy ya ansiosa de ver qué sale de vuestras gastronómicas cabecitas. Siempre podéis inspiraros pensando en ese magnífico fin de semana con vuestro chico en un hotel de lujo que os regalarán si ganáis... si no... ¡os invito yo a mi casa, narices! ¡que no se diga! ¡prometo que nos pondremos la cofia para recibiros, todos firmes en la puerta de mi casa!


Las características del concurso son las siguientes:
Participa en el Concurso de Relatos Cortos “Sabores de Andalucía” convocado por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía y El Viajero, el suplemento de viajes de EL PAÍS.
Si tu relato es el mejor, podrás disfrutar de un fin de semana para dos personas en un fantástico hotel de Andalucía.
Los diez mejores relatos se publicarán en la Web de El Viajero, y el relato ganador junto con el nombre de su autor, el sábado 29 de noviembre en el Extra Escapadas de Otoño en Andalucía de El Viajero.

Cuéntanos tu experiencia con los productos o platos típicos de la gastronomía andaluza y gana un fantástico fin de semana para dos personas.
Envía tu relato antes del 7 de noviembre y, si es el mejor, disfrutarás de un fantástico fin de semana en un hotel de Andalucía

Bases del concurso
1. El tema del Concurso de relatos cortos es "Un sabor andaluz".
2. Los relatos presentados deben ser inéditos.
3. Para concursar debes rellenar todos los datos que aparecen en el formulario de registro y adjuntar tu relato.
4. Únicamente está permitido el envío de tres relatos por concursante.
5. La extensión del relato será de 6.000 / 6.500 caracteres con espacios, o en torno a 1.000 palabras
6. La fecha de recepción de los relatos finalizará el 7 de noviembre de 2008.
7. El jurado del concurso estará compuesto por el equipo de redacción del suplemento El Viajero de EL PAÍS.
8. Los diez mejores relatos elegidos por este equipo se colgarán en la Web de El Viajero (www.elpais.com/elviajero) y en la de Andalucía (www.andalucia.org), y entre estos diez se seleccionará el relato ganador, que se publicará junto con el nombre de su autor en el Extra Escapadas de Otoño en Andalucía de El Viajero del sábado 29 de noviembre.
9. El autor del relato ganador obtendrá como premio un fin se semana (dos noches, viernes y sábado) para dos personas en un hotel de cuatro/cinco estrellas en régimen de alojamiento y desayuno, en una zona de la Comunidad de Andalucía a elegir por el premiado.
El premio incluye los billetes de avión, tren o autobús (ida y vuelta) desde la provincia del ganador hasta la zona de Andalucía elegida por él. Quedan excluidos los gastos de traslado aeropuerto-estación/hotel/aeropuerto-estación, que correrán por cuenta del premiado.
La fecha elegida por el premiado estará sujeta a la disponibilidad hotelera existente
El premio tendrá validez hasta el 31 de diciembre de 2008
10. DIARIO EL PAÍS, S.L. se pondrá en contacto con el autor del relato ganador antes de la publicación del mismo a través de una llamada telefónica.
11. Los autores de los relatos enviados al concurso ceden gratuitamente sus derechos de reproducción a El Viajero hasta el 31/12/2008.

Pongo aquí un enlace para mandar los relatos a El País

A jugaaaaaaar!!!!

miércoles, 10 de septiembre de 2008

II ENCUENTRO SEVILLA-CÁCERES... la revancha

Queridas compañeras:

Me encuentro de nuevo hoy aquí, sintiéndome como una mosca cojonera, para recordaros que en breve tenemos la revancha con las cacereñas salerosas, y me ha mandado Bea un amable email para comentarme que vienen casi todas.

El magno acontecimiento será el día 4 DE OCTUBRE (sábado), o sea, TENEMOS MENOS DE UN MES para organizarlo todo. Marcarlo ya en rojo, subrayado bien fuerte, en vuestras pdas (las más modernas), agendas de sobremesa o calendarios de cocina habituales (las tradicionales), reservaros todo el día porque tenemos que preparar un programa de actos digno. Que luego nadie diga eso de "ayyyy es que yo no lo sabía y tengo una cita con la pedicuraaaa", "andaaaa es que yo tengo que llevar a los niños a Isla Mágica ese díaaa". Así que las que vayan a la peluquería para el evento, que reserven ya pal día antes. Y la de los vuelos de Iberia, que corra a reservar su plaza (ni se te ocurra venir con Spanair ¿eh?)

Ellas son más listas que nosotras y la mayoría van a dejar en su tierra a sus maridos y a sus niños, y prefieren venirse el sábado por la mañana e irse el domingo, así será una cena. Y VIENEN CASI TODAAAAS, o sea, 13 (incluída Pilar Bacas). ¡Qué éxito! ¿no?

Os pido encarecidamente una vez más que dejéis a un lado vuestra vagancia bloguera postvacacional y QUE OS PONGÁIS LAS PILAAAAASSSSS, porque nos pusieron el listón tan alto que no podemos relajarnos. Ya sé que hay un terceto (a partir de ahora lo llamaremos el "terceto duracell") que lleva sus tareas bien al día (entono el mea culpa por mi dejadez pero... ¿os he dicho ya que mi vida es un caos?)

Os pongo aquí la lista de deberes que nos quedan por rematar, se aceptan voluntarias para culminarlos con éxito:

1. HOTELES. Yo estoy en negociaciones con un amigo mío que gestiona unos apartamentos la mar de monos en el centro y que me va a decir si tiene algunos disponibles y su página web para que cotilleemos. Los hay de 4 y 6 plazas. Pero de todas formas tenemos que ver algunos hoteles más (de varios precios) para que ellas reserven donde quieran.
Hemos visto la disponibilidad del hotel de la Alameda donde celebramos nuestro cumpleaños feliz, y tienen habitaciones: el HOTEL SACRISTÍA SANTA ANA (http://www.sacristiadesantaana.com/), vale 110 euros la habitación doble con desayuno incluído. Si alguna tiene idea de un hotel que lo diga también.

ATENCIÓN: APARTAMENTOS EN LA CALLE CASTILLA (TRIANA), hay dos, uno para 6 y otro de 8 personas. Si pulsáis aquí entraréis en las características y fotos, pero os lo resumo. El de 6 vale 110 euros, y el de 8 personas 130 (este está a estrenar, y por eso no hay fotos, aunque está en el mismo edificio), pero esos precios son si los llenáis, porque los cobra por persona, así que si sólo van 2 personas serán: 70 €, 4: 90 €, 6: 110 € y 8: 130 €. No están en el centro, pero seguramente en Triana hay menos problemas de aparcamiento. El teléfono contacto es Fernando (mi amigo): 655 57 23 93. Pongo aquí una foto de la fachada. Está enfrente de un bar muy antiguo y pintoresco, el "Sol y sombra".
También tiene uno, para 2-4 personas pero tiene un sólo dormitorio de matrimonio y un sofá cama en el centro, en la calle Carlos Cañal. En la foto pongo el enlace, porque es digno de ver...

Otro hotel: PETIT PALACE CANALEJAS. Es muy céntrico y recién inaugurado, la habitación doble vale 120 euros + 7 % IVA, tienen habitaciones disponibles, si pincháis en la foto accederéis a él.

Seguiremos poniendo más opciones...

2. RESTAURANTE: Creo que el terceto Duracell está ultimando los detalles sobre esto, así que no adelanto nada.

3. REGALITOS: Toda aquella que sepa de algún detalle mono, apropiado para nuestro encuentro, que lo vaya ya negociando. Tampoco hace falta que vengáis con 12 guías telefónicas de Sevilla y provincia, o los giraldillos que le regalaron a vuestros niños cuando ganaron el torneo de futbito... (me acaba de comunicar, emocionadísima, una de las del terceto Duracell que tiene ya listo uno monoooo moníiiiiisimoooo!)

4. VISITA CULTURAL-GASTRONÓMICA del mediodía para las adelantadas. Como muchas llegarán antes del mediodía deberíamos pensar en qué hacemos. Por ejemplo: paseo por el centro (¿tenemos alguna guía turística entre nuestras amistades para copiarles el plan ahora que no nos escuchan?), visita al Alcázar, tapitas...

En fin, no se me ocurre nada más, seguro que de vuestras imaginativas cabezas salen cosas ingeniosas, pero de momento ya tenéis los deberes más importantes para entremeterlos a la vez que forráis los libros de vuestros churumbeles, mientras plancháis el uniforme escolar...

Queda descartada la visita a la Duquesa de Alba, que bastante tiene con lo que tiene, y después de anular su boda no estará pa ná la pobre.

Ea! Sin más se despide vuestra mosca cojonera preferida.

viernes, 18 de julio de 2008

LAS MIL Y UNA NOCHES

Queridas blogueras. Anoche fui a un espectáculo que quiero recomendar. Ya no lo ponen en Sevilla (esta noche es la última sesión y no creo que lleguéis a tiempo para conseguir entradas, por si corréis y hay entradas, lo cual es difícil, es en la Fundación Tres Culturas, en el pabellón de Marruecos de la expo). Como sé que ahora os dispersáis por mi querida españa, esta españa mía esta españa nuestraaa, si lo encontráis a vuestro paso haced una parada. Lo merece.


Son los cuentos de las Mil y una noche con una Sherezade Aitana Sánchez Gijón y un príncipe Sahrigar llamado Mario Vargas Llosa, que además es el que ha adaptado la obra. Dos horas de placer insospechado, dos horas oyendo historias de países remotos contadas por esos dos monstruos. De nuevo literatura, teatro y música unidas (hay un solo de flauta en el que buscas al pajarito que huye con un broche en el pico saltando de rama en rama).
Reconozco que a ratos hubiese matado a Aitana, porque no se puede ser más guapa, más dulce y más sexy, sobre todo cuando bailó la danza del vientre le tapé los ojos a un Eliseo al que se le caía la baba a litros. Y por supuesto a Mario te lo comerías desde el miuto 1, con ese acento y ese porte, su cabello blanco llenaba el escenario. También mataría (hoy estoy un poco asesina) al que puso las sillas en el Pabellón de Marruecos, porque es bien incómodo el sitio, los de delante te tapan y la silla de plástico da tela de calor además de ser dura. Pero en esos momentos cerraba los ojos y los oía y me trasladaba en el barco de Simbad en busca de la princesa y punto.
Si tenéis oportunidad no os lo perdáis. Un lujo.

martes, 15 de julio de 2008

MANOLO CUERVO Y SUS CHICAS MALAS

Tarde de tornado. Salimos de casa con los pelos alborotados y un revuelo de polvo enturbiando la tarde sevillana. La cita es a las siete y por una vez llegamos con tiempo suficiente para tomarnos un gin tonic en la plaza del Dos de Mayo, custodiadas por la espada de Daóiz, en un bar que se llama “El Sanedrín”, donde nos vamos agrupando una a una, entonándonos para comportarnos como se espera en una tarde como esta: como CHICAS MALAS.

Entrando por la calle Martínez Montañés el cielo empieza a clarear, como anticipo de la luz que nos espera en casa de Manolo. Subiendo una escalera de azulejos divisamos a través de la ventana su primera huella, su cartel de la feria que da algarabía al típico patio sevillano de rejas verdes. Llegamos a su puerta, puerta de casa antigua y con muchas historias por contar. La primera ojeada denota un orden muy artístico, que transparenta la personalidad de su inquilino, el orden desordenado de una casa donde la vida transcurre entre la creación, casa repleta de objetos curiosos, bonitos, estéticos, la casa de un hombre solo ante el peligro pero muy acompañado por una cabeza que es como una olla express, un no parar de imágenes y figuras e historias. Objetos que también tienen su historia, que Manolo nos va contando. Nada está colocado al azar, todo lo que le rodea ha sido elegido por la vista, todo parece haber sido creado para que Manolo pusiera su mano encima.

Pero la magia existe, y en el primer minuto ya supimos que esa magia nos iba a transportar. María Sur se queda de piedra ante el cuadro que adorna el salón “Marta y su hermana en la playa de Conil”. Cuadro del que le habló su padre, que lo vio en Internet, y que le llamó la atención por ser ella la hermana de Marta, que vive en Conil y donde se han bañado muchas veces juntas, quizás sin jugar con la pelota, quizás sin Popeye riéndole las gracias a su lado. Ella no sabía que era de él. Él se quedó encantado con la historia. Porque Manolo también cree en la casualidades, también cree que las historias que él cuenta en sus cuadros pueden ser leídas de muchas maneras, una por cada lector-observador de sus obras.

Nos agasaja con unas horchatas, servidas en unas copas con sus pajitas, y acompañadas de nueces y barquillos de canela, que refrescan nuestro paladar y lo preparan para que fluyan las palabras.

Llega Pililebe, desbordando vitalidad como ya es habitual en ella. Revuelo de pelos rosas que inunda el salón de Manolo, a juego con los colores de sus paredes.

Nos vamos metiendo en el ambiente, y vamos a su “sancta sanctorum”, donde una mesa de pingpong resiste las partidas creativas, sustituyendo pelotas por botes de colores imposibles. Las paredes chorrean vida, contrastando con tres cartulinas blancas preparadas ya para sacarlas del anonimato. Dicen los artistas que ese es el momento más duro: enfrentarse a la blancura del lienzo, sacar lo que lleva dentro. Pero Manolo no parece temerle al blanco. Porque sus palabras ya nos enseñan lo que aparecerá por arte de sus manos.

Y empiezan a aparecer ante nuestros ojos las chicas malas. Chicas cuya silueta resalta en blanco y negro sobre los cartones en los que están retratadas. Algunas solas, como Amy Whitehouse, de la que dice Manolo que se ha creído su propia leyenda y está siendo víctima de ella, o Lolita (no la Flores, sino la de la película de Stanley Kubrick), bajándose descarada sus gafas de sol. Otras están acompañadas por los cómplices de su “maldad”, como Jane Birkin, maravillosa con sus botas negras altas, agarrada a Serge Gainsbourg, o Jean Seberg del brazo de Jean Paul Belmondo. Todas sobre los fondos de los carteles que ha hecho Manolo a lo largo de su vida: "collage y decollage" nos explica el artista, que no es otra cosa que pegar y luego rasgar los carteles, para hacer unos fondos sobre los que reinan esas malas chicas. Sobre un corcho reposan Yoko Ono y John Lennon, a la espera de que Manolo les de el visto bueno, y una Barbarella-Jane Fonda pistola en ristre, amenazándolo para que la coloque ya donde ella se merece.


También hay chicos, pero no son tan malos. Los marineros Frank Sinatra y Gene Nelly recortan su silueta bailarina sobre el Juan Sebastián Elcano, barco que llevó a Manolo a descubrir nuevos mundos.

Entre colores y monstruos del cine va pasando la tarde, en un alboroto de chorreones en lila, rojos, verdes nos arrastra de nuevo al salón, presidido por una tele que de pronto se enciende y por la que vemos pasar toda su vida, del blanco y negro al color, desde que estaba en la barriga de su madre, sentada de lado en la moto con su padre en alpargatas y sus dos hermanos. La alegría de la familia traspasa la pantalla, igual que debió trasmitirse por el cordón umbilical, y que ahora que los ha perdido deberá dejarle un poso de melancolía por ausencia de esa luz de Isla Cristina que lo acunó. De ahí pasamos al jazz, otra de sus grandes pasiones y que también se plasman en sus cuadros, así suenan sus cuadros, a jazz, palabra dibujada de mil formas en cada uno de los cuadros que expuso en Huelva.

Y llega la despedida al anochecer, despedida que viene acompañada de dedicatorias ilustradas, que son la envidia de las demás que no fuimos tan afortunadas, pero aunque algunas nos fuimos con las manos vacías llenamos nuestras retinas de colores y emociones, y de historias contadas, porque Manolo, además de pintar, sabe contar y transmitir. Reconozco que no soy imparcial, y mis amigos me pierden, sobre todo si dan tanto como nos dio Manolo ayer, entrañable y cariñoso Manolo, dando color y calor a manos llenas ¿o no?

Por cierto, os cuento un cotilleo, que sé que os gusta: a las nueve de la mañana me ha buscado por los bares del centro, emocionado, deseoso de comentar la tarde de ayer, y después de invitarlo a un café me ha hecho ir a su casa para volcar las fotos en su ordenador, mirándola una por una, comentando una por una. Otra vez me he encontrado en el lugar del delito, que albergaba vuestra ausencia, resacosa su casa de la borrachera de historias de ayer, y allí estaban todavía las copas vacías con las huellas de vuestro carmín (éste el de Pililebe, éste más pálido el de la palentina, esta copa que está limpia la mía, natural que es una...). También él está enamorado de todas vosotras, chicas malas, pero esto no se lo digáis a nadie ¿eh?, ¡que es un secreto!

Y como colofón, nuestro álbum con la música de Amy...

miércoles, 9 de julio de 2008

JARDÍN ANTIGUO. CERNUDA Y EL ALCÁZAR

AYER, DÍA 9 DE JULIO, QUEDAMOS A LAS 9 EN LA ENTRADA DEL ALCÁZAR DE LOS JARDINES DE MURILLO.


¡Qué buena noche pasamos! ¡qué monas íbamos todas!, cada una a su estilo, y lo modositas que parecemos, con nuestras piernecitas cruzadas...

Antes del concierto recorrimos el Jardín Antiguo de Cernuda, y a través de sus palabras vimos los senderos que el poeta guardó en su retina como un tesoro hasta su muerte, la postal de su juventud perdida, su fondo de armario. No se nos apareció, como temíamos, su vieja alma flotando, por lo que no tuvimos que salir corriendo a nuestra edad, con nuestros tacones por el albero entre magnolios y limoneros... (este texto lo escribí ayer, de ahí su color, pero como me quedó bien, he decidido mantenerlo con ciertos retoques, economía literaria, se llama a eso).

Sí tuvimos una aparición, un espíritu flotó entre nosotras cuando paseábamos entre arrayanes y la brisa jugaba con las hojas de las palmeras, con nuestras lenguas desatadas comentando las novedades del virus fértil que nos acecha en los últimos tiempos. Nos revoleó la melena a su paso. Fue algo espeluznante. Un clic clic sonó en mi bolso a la vez que se encendía una luz. En mi móvil, un mensaje de ultratumba decía: "a mí me pides un cubatita fresquito y yo me leeré a mi misma algún texto bonito"... ¿quién sería ese espíritu alcóholico? ¿pertenecerá a la generación del 27 o será posterior? ¿había cubatitas en el 27?. Los pelos se nos pusieron de punta, ocasión que aprovechamos para que María Sur cuantificase el número de disparos láser que nos tiene que dar para dejarnos barbilampiñas perdidas pero monísimas de la muerte. Yo, que soy muy mía y nunca me leo la última palabra corrí a esconderme tras un seto, dejando que mi móvil volase cual paloma torcaz. Marga lo cogió al vuelo, y enseguida reconoció al espíritu juguetón, que venía del norte como ella y que era aficionado al alcohol de alta graduación como ella.
Tras ese inesperado incidente y más repuestitas, volvimos sobre nuestros pasos buscando los oscuros corredores que recorría Luis para llegar al estanque donde se sentaba a imaginar su futuro, pero estaba cerrado al público asistente, cosas del márketing de los tiempos que corren que le quitan romanticismo al más pintao, así que tuvimos que buscar el poyete más cercano para aposentar nuestras lindas posaderas, diga lo que diga nuestra médica estética de cabecera.
Acompañadas por el olor de los jazmines, bajo la sombra revoltosa de los magnolios y con el sonido cercano de una campana, leímos los textos con acento palentino, porque tras un revuelo de folios decidimos por unanimidad que Marga fuera la lectora, por ser ella la que más fino acento tenía de las presentes, en ausencia de nuestra Pililebe que está de corresponsal por las italias y que también lee la mar de fina filipina.

Y entre vítores comenzó a leer, de pie ante un público entregado y asombrado de la cantidad de eses que tenía el texto, que pongo a continuación para que las que no estuvísteis contéis las eses, que yo me pierdo (ya sabéis lo mal que se me dan los números):
Luis Cernuda (1902-1963, en México)

Biografía: nació en el número 6 de la actual calle Acetres —entonces Conde de Tójar—, en pleno centro de la ciudad, perpendicular a la calle Cuna, donde vivió con su familia hasta los doce años, cuando se trasladaron al cuartel de ingenieros del Prado (Avda. de la Borbolla), en las afueras. Hacia 1918 regresaron al casco histórico, a la calle del Aire. Allí escribió los poemas del libro Perfil del Aire, luego renombrado como Primeras poesías. Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, que se encontraba en la actual Facultad de Bellas Artes.

Pero si hay una obra en la que Sevilla está presente es Ocnos cuya lectura es muy recomendable para evocar la infancia y primera juventud de Cernuda. Aunque nunca es citada en sus páginas, Sevilla es el escenario de los recuerdos del poeta proyectados en su alter ego Albanio, y nos permite un recuerdo en diversos rincones hispalenses: la Catedral y su magnolio, el río, los conventos de clausura, la antigua universidad, la plaza del Pan… También evoca los jardines del Alcázar donde en 1925, y por mediación de Salinas, conoció a Juan Ramón. Cernuda murió en 1963 exiliado en México, pero Sevilla está asombrosamente impregnada de su poesía.

LOS JARDINES DEL ALCÁZAR
En septiembre de 1928, cuando aún no había cumplido los 26 años, Luis Cernuda salió de Sevilla prácticamente para siempre, y mantuvo a lo largo de toda su vida una relación de amor odio con la ciudad, que alterna las más duras críticas con la evocación de sus más dulces recuerdos de infancia y juventud y el inevitable tirón sentimental de sus raíces. Sus mejores poemas traslucen con frecuencia un agudo sentimiento de pérdida y una recurrente recreación de viejos paraísos perdidos.

Bécquer, Machado y Cernuda coincidían en el reconocimiento de cómo ese paisaje infantil o juvenil es determinante para la comprensión de toda una forma de entender la vida. Como dice en conclusión Cernuda en la versión en prosa de su poema, “hay destinos humanos ligados con un lugar o con un paisaje”. Ahí reside el más hondo sentido de las dos versiones de “Jardín antiguo” y su obsesión por el rescate lírico de aquella plenitud existencial asociada a los jardines del Alcázar. Si el destino de Bécquer permanecía ligado a el paisaje de las orillas sevillanas del Guadalquivir, el de Antonio Machado lo estaba con “los días azules” y “el sol de la infancia” de su huerto de Dueñas, ese “jardín antiguo” será ya para él, como en la mitología judeocristiana, el más alto símbolo del paraíso.

Escribió dos versiones, una en verso y otra en prosa.

Los poemas de Las nubes fueron escritos entre la primavera de 1937 y finales de 1939 o principios de 1940, en Valencia, París, Londres y Glasgow. La mayor parte de ellos no fueron publicados hasta ser incluidos en la segunda edición de La realidad y el deseo (editorial Séneca, México, 1940). Más tarde se publicó como libro independiente en Buenos Aires, en 1943, dirigida por Rafael Alberti, edición que fue considerada "pirata" por Cernuda.


En este momento de la lectura interrumpió María Sur, exigiendo que el poema que viene a continuación fuera leído con el acento de Alberti (caprichos de la niña, que como es de su tierra, barre pa dentro). Como nadie (ni siquiera las dos que más cerca tienen la bahía de Cádiz, o sea, ella y la palentina por ser consorte) sabía imitarlo, Elena asumió esa responsabilidad y lo leyó con el mejor de los acentos sevillanos sector Nervión. Pero quedó mono, que es de lo que se trataba y le quitó monotonía (y eses) al momento.

Ir de nuevo al jardín cerrado,
Que tras los arcos de la tapia,
Entre magnolios, limoneros,
Guarda el encanto de las aguas.
Oír de nuevo en el silencio,
Vivo de trinos y de hojas,
El susurro tibio del aire
Donde las viejas almas flotan.
Ver otra vez el cielo hondo
A lo lejos, la torre esbelta
Tal flor de luz sobre las palmas:
Las cosas todas siempre bellas.
Sentir otra vez, como entonces,
La espina aguda del deseo,
Mientras la juventud pasada
Vuelve. Sueño de un dios sin tiempo.


(1942)
Se atravesaba primero un largo corredor oscuro. Al fondo, a través de un arco, aparecía la luz del jardín, una luz cuyo dorado resplandor teñían de verde las hojas y el agua de un estanque. Y ésta, al salir afuera, encerrada allá tras la baranda de hierro, brillaba como líquida esmeralda, densa, serena y misteriosa.

Luego estaba la escalera, junto a cuyos peldaños había dos altos magnolios, escondiendo entre sus ramas alguna estatua vieja a quien servía de pedestal una columna. Al pie de la escalera comenzaban las terrazas del jardín.

Siguiendo los senderos de ladrillos rosáceos, a través de una cancela y unos escalones, se sucedían los patinillos solitarios, con mirtos y adelfas en torno de una fuente musgosa, y junto a la fuente el tronco de un ciprés cuya copa se hundía en el aire luminoso.

En el silencio circundante, toda aquella hermosura se animaba con un latido recóndito, como si el corazón de las gentes desaparecidas que un día gozaron del jardín palpitara al acecho tras de las espesas ramas. El rumor inquieto del agua fingía como unos pasos que se alejaran.

Era el cielo de un azul límpido y puro, glorioso de luz y de calor. Entre las copas de las palmeras, más allá de las azoteas y galerías blancas que coronaban el jardín, una torre gris y ocre se erguía como el cáliz de una flor.

Hay destinos humanos ligados con un lugar o con un paisaje. Allí en aquel jardín, sentado al borde de una fuente, soñaste un día la vida como embeleso inagotable. La amplitud del cielo te acuciaba a la acción; el alentar de las hojas y las aguas, a gozar sin remordimiento.

Más tarde habías de comprender que ni la acción ni el goce podrías vivirlos con la perfección que tenían en tus sueños al borde de la fuente. Y el día que comprendiste esa triste verdad, aunque estabas lejos y en tierra extraña, deseaste volver a aquel jardín y sentarte de nuevo al borde de la fuente, para soñar otra vez la juventud pasada.

Ocnos, Págs. 64 - 65


Pero como contrapunto a tan idílico paseo diré que las asistentes, con su sagaz mirada, pillaron (y lo que es peor manifestaron en voz alta) cada coma mal puesta, cada errata en las fechas ¡zas! "¿y por qué aquí pone que murió en 1963 y aquí en 1968?" "¿y por qué aquí pone...?" (léase con voz de pito). Por cierto, ya lo he corregido, y se murió en el 63, que me lo ha dicho la wikipedia que nunca se equivoca. En fin, que te entran ganas de decir la típica frase de "po la próxima vez lo escribes tú, guapa", menos mal que yo estoy en una fase zen de mi vida y cuando más harta estaba elevaba mi límpida mirada a la copa del ciprés más alto para abstraerme con el vuelo de las golondrinas y los vencejos, y oir de nuevo el silencio del poema, silencio que, como la juventud de Luis, es agua pasada cuando estamos nosotras reunidas.
Acabada la lectura nos fuimos al concierto, a escuchar cómo suenan los libros, que, por cierto, sonaban muy bien, lo digo para la que quiera ir otro día. Recomendable al máximo. Una noche fresquita, aromática, literaria y musical. ¡Y por 4 euros!

¿LOS LIBROS SUENAN? CONCIERTO 9 JULIO

Curiosa pregunta. Pues os propongo que lo descubramos el MIÉRCOLES 9 DE JULIO en los conciertos de LAS NOCHES EN LOS JARDINES DEL ALCÁZAR, porque hay un concierto que se llama así: LOS LIBROS SUENAN. El programa lo ha preparado el grupo CAPONATA ARGAMACHO TRÍO, y mirad lo que cuentan en sus notas al programa, a ver si os apetece, aunque yo creo que no puede ser más apropiado para unas lectoras que le sacan tantos sonidos a los libros que leen:




Caponata Argamacho Trío y Sergio Casado presentan “Los libros suenan”.

Nuestra formación, absolutamente atípica en los grupos de cámara, debido a la timbrica tan particular, ha preparado concienzudamente junto al actor sevillano Sergio Casado un espectáculo lleno de interacción para reclamar la atención del público sobre la música de cámara (clásica y contemporánea) y como excusa hemos encontrado una idea que reúne una doble intención, la de acercarlos al lenguaje musical y a la vez que puedan sentir la relación existente entre diferentes artes, en este caso la música y la literatura. En el repertorio abordamos fragmentos de la Suite Don Quijote de Telemann, el Orpheo de Gluck o los cuentos Ma mare Loye de Ravel, composiciones inspiradas en obras literarias, sea de manera descriptiva, abstracta o expresionista. Por experiencia sabemos que esta faceta comparativa es muy atractiva para el público; incluimos en el repertorio además La vida Breve de Manuel de Falla y las 5 Danzas populares Rumanas de Bela Bartok, y lo hacemos justo para dar un contraste entre una música compuesta en función de una idea o una inspirada en si misma.


MÚSICOS:
Mangu Díaz bajo eléctrico
Ignacio Gil saxo soprano
Rafael F. Viedman viola
Sergio Casado actor

Programa "Los libros suenan"
G. PH. TELEMANN (1682-1777), Suite Don Quixote: Ataque a los molinos de viento - Suspiros de amor por Dulcinea - El galope de Rocinante y el trote de la mula de Sancho Panza

CH. W. GLUCK (1714-1787), Melodía de Orpheo y Eurídice

MAURICE RAVEL (1875-1937), Ma mere lóye: Pavana de la Bella Durmiente - Las conversaciones de la bella y la bestia - La emperatriz de las pagodas - El jardín encantado

MANUEL DE FALLA (1876-1956), Preludio de La Vida Breve

BELA BARTOK (1881-1945), Danzas Populares Rumanas: Joc cu bata - Braul - Pe loc - Buciumeana - Poarga Romaneasca - Maruntel

IMPORTANTE: LA QUE QUIERA IR QUE SE SAQUE SU ENTRADA (NO HAY ORGANIZADORA).


Entradas a la venta desde el 30 de junio a las 10 h.

Las entradas se pueden comprar en:
. Internet: http://www.servicaixa.com/
. Teléfono ServiCaixa 902 33 22 11
. Cajeros Servicaixa Sevilla Capital Sevilla Provincia Buscador de cajeros Servicaixa
. En Puerta del Apeadero del Real Alcázar (Patio de Banderas s/n.), de lunes a viernes de 19 a 20:30 horas
Y si quedasen entradas a la venta del día del concierto, de 21 a 22:10 horas, en la puerta de acceso a los conciertos (Jardines de Murillo esquina a c/ San Fernando)

Precio de la entrada: 4 euros (IVA incluido)
Venta por Internet y Cajeros ServiCaixa: recargo de 1,5 euros (IVA incluido)
Venta por teléfono ServiCaixa: recargo de 3 euros (IVA incluido)
Pago con tarjeta de crédito (Visa, Eurocard, Mastercad, Sistema 6000)

martes, 1 de julio de 2008

CINE DE VERANO MARY CRISTI PRESENTA...

EL JUEVES 3 DE JULIO, A LAS 9,30 H. DE LA NOCHE
PROYECTAREMOS EN MI JARDÍN LA PELÍCULA


"DESAYUNO CON DIAMANTES"


toda aquella que quiera ver la versión cinematográfica del libro del mes puede acudir con una tapita para compartir con las demás asistentes, para que tengamos un selecto ambigú colectivo...





TITULO ORIGINAL: Breakfast at Tiffany's
AÑO: 1961
DURACIÓN: 115 min.
DIRECTOR: Blake Edwards
GUIÓN: George Axelrod (Novela: Truman Capote)
MÚSICA: Henry Mancini
FOTOGRAFÍA: Franz Planer
REPARTO: Audrey Hepburn, George Peppard, Patricia Neal, Buddy Ebsen, Martin Balsam, Mickey Rooney, José Luis de Vilallonga, John McGiver
PRODUCTORA: Paramount Pictures

1961: 2 Oscar: Mejor canción, mejor banda sonora película no musical / Romántica



SINOPSIS: Holly Golightly es una bella joven de la alta sociedad neoyorquina que bajo su vida alegre esconde una gran tristeza. Holly tiene un comportamiento algo alocado, y alguna manía, como por ejemplo desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor en ciernes que mientras espera alcanzar un éxito que nunca llega vive de la relación con una mujer madura que le mantiene. Holly y Paul enseguida entablarán una bonita amistad.

sábado, 21 de junio de 2008

UNA TARDE CON CERNUDA

“El futuro que espera como página blanca”.

Y a nosotras nos espera una tarde cernudiana para celebrar nuestro cumpleaños, organizada por nuestra Pililebe. Era una tarde en la que el Perfil del Aire brillaba por su ausencia. Ni siquiera vimos en toda la tarde el perfil de una pequeña brisa que aliviara el calor estival. La Realidad y el Deseo nunca estuvieron más alejados.
Quiero dejar constancia de que el reportaje fotográfico ha sido gracias a que le he requisado la cámara a nuestra ex-fotógrafa para ejercer yo sus funciones. Sigue vacante la plaza ¿eh?. ¡Se ruega que salga ya la voluntaria!

Ocho de las diez que confirmaron (Marilara estaba en urgencias con un golpe de calor ecijano, y Pilar la amiga de Pilar con salmonelosis) estábamos puntuales a las siete de la tarde en la Plaza del Pan, donde nos sentamos a esperar a las menos puntuales en los bancos en forma de M que decía la cita (¿M de mujeres? ¿o M de Me Muero de caló?)

Todas portábamos nuestras misteriosas bolsas con los regalitos de cumpleaños, que miradas indiscretas investigaban de reojo, para adivinar su contenido. A la llegada de María Sur intentamos con bastante poca gracia hacerle la ola, por su magnífico regalo audiovisual de cumpleaños.

Allí estábamos: Marga y sus botellitas de agua, Elena, María del Mar, Adela, María Sur (¡olé de nuevo!), Pililebe y Pepa y yo, la Cristi todavía bajo los efectos de un gin tonic sin hielo y con demasiados niños a nuestro alrededor. Todas en la gustosa algarabía que producen nuestros encuentros mensuales.

Todo vuelve otra vez vivo a la mente,
Irreparable ya con el andar del tiempo,
Y su recuerdo ahora me traspasa
El pecho tal puñal fino y seguro.


Llegó puntual nuestro guía, José María García Blanco, cargado de fotocopias para las asistentes y las ausentes. En ellas estaban los textos que leeríamos durante la visita, y que podréis leer pulsando aquí. El recorrido no se basaba sólo en los lugares que formaron parte de la vida de Cernuda, sino en los textos que él escribió o escribieron otros. Así fue nuestro caluroso via crucis cernudiano, con ocho estaciones:

PRIMERA ESTACIÓN: PLAZA DEL PAN
“Su atmósfera soñolienta aún parecía iluminarse a veces con el fulgor puro de los metales, y un aroma de sándalo o de ámbar flotar en ellas vagamente como un dejo rezagado”

Ante las tiendecillas en la que antaño se estacionaban los “gallegos” y trabajaban los artesanos, y por la que hoy deambulan las futuras novias para culminar sus tocados con diademas de diamantes de pega, José María nos leyó el texto que le dedicó Cernuda en Ocnos, dándonos también datos sobre la difícil personalidad del poeta.

SEGUNDA ESTACIÓN: CONVENTO DE SAN LEANDRO
“El portón. Los arcos. (Para un andaluz la felicidad aguarda siempre tras de un arco). Los muros blancos del convento. Los ventanillos ciegos bajo espesas rejas”

Ante su portón cerrado leímos otro texto y José María analizó lo que tenía de verdad y lo que aportó la imaginación del poeta, añorando su ciudad desde la distancia, “la tierra que manchaban aquí y allá los jaramagos” no pertenecen a este convento, sino quizás, al de San Clemente, ya que esta zona siempre estuvo urbanizada.

TERCERA ESTACIÓN: PLAZA DE LA ENCARNACIÓN
Ante la inmensa mole de setas gigantes que nos está dejando en herencia nuestro alcalde actual, que como bien dijo nuestro guía: "con la de polígonos que hay, que las ponga aquí...", se hace imposible imaginar la gracia que tenían las formas y colores de aquella atmósfera, con los puestos de verdura y de frutas de la época de Cernuda, y mucho menos sentir el “olor almendrado y meloso de relente oriental” que traía el antiguo mercado, aunque sí disfrutamos de los pitidos de los autobuses de TUSSAM que hoy la han colonizado y nos embriagan con los azmilclados olores del gasoil de sus tubos de escape.

CUARTA ESTACIÓN: IGLESIA DE LA ANUNCIACIÓN
Apoyás en el quicio de la iglesia y disfrutando del fresquito que salía de la Iglesia, José María nos explicó cómo se creó el PANTEÓN DE LOS SEVILLANOS ILUSTRES: Florentino Pérez Embid, que fue Director General de Bellas Artes, agrupó todos los ilustres restos de sevillanos ilustres (por nacimiento o adopción) que descansaban en distintos templos de los jesuitas, para llevarlos a esa iglesia, que pasó a pertenecer a la Universidad de Sevilla.

Cernuda era admirador de Bécquer, y acudía a esa iglesia a deleitarse con el ángel que custodia sus restos, y que según describe en Ocnos “ángel que sostiene en su mano un libro mientras lleva la otra a los labios, alzando un dedo, imponiendo silencio”. Como ya vimos en nuestra pasada visita a esta cripta que teníamos fresquita (¡glup! ¡fresquita!), realmente el ángel no está en esa postura, así que nuevamente corroboramos como el poeta se tomó una licencia como si “necesitara escuchar, desvelado en sonido, el mensaje de aquellos labios de piedra”. No entramos en la cripta, con lo que hubíesemos disfrutado y lo fresquita que era, por lo que tampoco pudimos dejar ningún papelito a los pies del ángel, pidiendo inspiración y paciencia para afrontar nuestro segundo año de lectoras agrupadas.

QUINTA ESTACIÓN: FACULTAD DE BELLAS ARTES
En el antiguo convento de los jesuitas, antes de tirarlo y hacer mi horrorosa exfacultad, estudió Luis Cernuda, y en su segundo patio se inspiró para escribir unos textos en los que destacaba su quietud y silencio frente al bullicio de los estudiantes que alborotaban en el patio grande.

“Un atardecer de mayo, tranquilo el edificio todo, porque era ya pasada la hora de las clases y los exámenes estaban cerca, te paseabas por las galerías de aquel patio escondido.” Nosotras hicimos lo mismo que el poeta, aunque un mes después (es que ahora las clases acaban más tarde…)

Nos sentamos, como él, bajo el jugueteo de la vela que lo protegía del calor asfixiante de la tarde. Ayer estaba desierta la facultad, lo que contrastaba con la visita que hicimos el mes anterior, en la que los estudiantes más rezagados acababan sus trabajos antes de finalizar el curso.

“Nunca el pasar de las generaciones parece tan melancólico como al representárselo en algo materialmente, tal esos viejos edificios de universidades o cuarteles, por los que discurre cada año la juventud nueva, dejando en ellos sus voces, los locos impulsos de la sangre. Recuerdos de juventudes idas llenan su ámbito, y resuenan sus muro en silencio como la espiral vacía de un caracol marino.”
Lo mismo pienso yo, porque mi espíritu juvenil también deambula melancólico por este patio, tantas veces y tantos años recorrido, y también hay algo de mí en esa caracola marina. Si hubiese puesto más atención y me hubiesen dejado los vencejos (y las cotorras que ayer me acompañaban), podría haber vuelto a escuchar muchas voces que me acompañaron mientras deambulaba por esas galerías, cuando mi vida también era una página en blanco (un lienzo en blanco sería más apropiado en mi caso)...

Los sueños que la vida aún no corrompe,
el futuro que espera como página blanca.
Todo vuelve otra vez vivo a la mente
irreparable ya con el andar del tiempo,
y su recuerdo ahora me traspasa
el pecho tal puñal fino y seguro.
Raiz del tronco verde ¿quién la arranca?
aquel amor primero ¿quién lo vence?
tu sueño y tu recuerdo ¿quién lo olvida?...
¡qué razón tienes, Luisito!

SEXTA ESTACIÓN: CASA NATAL (CALLE ACETRES)
Frente a su fachada paramos a leer sus recuerdos de aquella casa, que sólo habitó hasta los ocho años. Casa que hoy aparenta una ruinosa melancolía.

“Recuerdo aquel rincón del patio en la casa natal, yo a solas y sentado en el primer peldaño de la escalera de mármol. La vela estaba echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, y sobre la lona, por donde se filtraba tamizada la luz del mediodía”

Hoy la casa es una tienda de espejos, espejos que reflejan el abandono del patio, espejos donde quizás, alguna tarde de otoño Luis Cernuda se refleje, fantasma de su pasado tan feliz y triste a la vez “inconsistente y rígido, cual vidrio que todos quiebran, pero nadie dobla”.

Aunque la visita de ayer no hizo que aumentara nuestra estima al poeta, sí nos entró un escalofrío al escuchar esta reflexión sobre su vida: “la amargura de haber vivido inútilmente”. Qué frase más dura. Pero que tantos años después ocho mujeres (y un hombre) persigan sus huellas por los callejones de Sevilla hará que lo curemos de esa creencia. No es inútil la vida que deja huella, Luis.

Y para rememorar a aquella ausente que siempre nos hace poner los pies firmes en la tierra (Ángela, va por ti, tu espectro nos acompañó, juguetón, toda la tarde, y escuchábamos tu taconeo detrás nuestra por los callejones), cuento aquí la misteriosa anécdota, casi un relato de terror, o una leyenda de Bécquer, que nos aconteció mientras nos reflejábamos en los espejos del patio de esa casa semi-abandonada:

Leíamos el poema sobre su desgraciada infancia cuando llegaron dos señoras muy señoreadas, que llamaron insistentemente a la cristalería. Nadie le abrió y se fueron. De pronto una voz como de ultratumba, femenina para más señas, resonó en el callejón: “¿habéi llamaooo vozotro?”, por más que levantábamos nuestras miradas hacia arriba no encontrábamos el fantasma que así se manifestaba. ¿Sería la madre de Cernuda? ¿o alguna de sus dos hermanas? ¿Sería la mayor, la que era "imposible y desdichada"? ¿o "la hermana menor más dulce, quizás no más dichosa"?

Los pelos de los brazos se nos pusieron de punta cuando, de pronto, vimos aparecer una mano, entre la ruinosa y destartalada menorquina que cierra los balcones: “¡toy aquí! ¿Qué si habéi llamaooo vozotro?”.
¡Que susto! ¡la casa está habitada a pesar de su apariencia! Como pudimos le dijimos que no, y salimos pitando, como alma que lleva el diablo.
En la puerta de la cristalería, antes de huir, vimos este curioso letrero: "ABC, arrojar..." y una flecha dibujada con un rotulador rojo que se acabó a mitad del recorrido, señalaba un agujero que el cristalero había hecho en el cristal. Todo muy europeo, vamos.

SÉPTIMA ESTACIÓN: CASA DE JOAQUÍN TURINA
Cernuda añoró toda su vida la música que se filtraba a través de los muros de su vecino, Joaquín Turina.

“Pared frontera de tu casa vivía la familia de aquel pianista, quien siempre ausente por tierras lejanas, en ciudades a cuyos nombres tu imaginación ponía un halo mágico, alguna vez regresaba por unas semanas a su país y a los suyos”.

Quién no puede imaginarse a ese niño infeliz y melancólico, con un padre estricto y severo a más no poder, acurrucado con la cabeza apoyada en la pared, soñando a través de la música del vecino, con otros mundos, con otras vidas más excitantes que la que él llevaba.

“Por los corredores ibas hacia la habitación a través de cuya pared él estudiaba, y allí solo y a oscuras, profundamente atraído mas sin saber por qué, escuchabas aquellas frases lánguidas, de tan penetrante melancolía, que llamaban y hablaban a tu alma infantil, evocándole un pasado y un futuro igualmente desconocidos”

Frente a la fachada del idolatrado músico, José María nos leyó un poema de Jorge Guillén, llamado “Unos amigos” en el que describe cómo se formó lo que hoy llamamos como Generación del 27. Un viaje de unos amigos a Sevilla, invitados por Ignacio Sánchez Mejías. Una broma que los ancló a nuestros libros de texto “un buen azar que resultó destino”. y "juntos ya, para siempre". La historia se escribe así.

OCTAVA Y ÚLTIMA ESTACIÓN: CALLE AIRE
oir de nuevo en el silencio,
vivo de trinos y hojas,
el susurro tibio del aire
donde las almas viejas flotan.

Y allí nos plantamos. La calle estaba como cuando Gerardo Diego la inmortalizó:
Nadie en la calle Aire
El aire solo y parado.
Pasó hace poco un poeta.

Frente a la fachada de la casa donde vivió en los años veinte, y que fue visitada por todos aquellos jóvenes que hoy son leyenda y nombres que reposan en las criptas de nuestras bibliotecas, paramos para leer los recuerdos que tenían de su paso por aquella calle “tan humana, tan hecha a la medida del hombre que no había más que extender los brazos, y una mano tocaba con la pintura rosa de la casa de la derecha, y con la otra la cal de la pared de enfrente”

Allí nos despedimos de nuestro guía. Con la mitad del recorrido sin hacer, porque no llegábamos a la cena. Queda pendiente la visita al Alcázar, con la lectura de los textos que escribió para sus jardines.
Y quedó nuestro perfil en la calle Aire... para salir corriendo, de nuevo, como es tradición ya, a nuestra cena cumpleañera.
PARA LAS QUE SE HAYAN QUEDADO CON MÁS GANAS DE LEER COSAS SOBRE CERNUDA, PONGO AQUÍ UNOS CUANTOS ENLACES:

domingo, 1 de junio de 2008

UN PASEO POR LA ÉCIJA MÁS PÍCARA Y MONUMENTAL

Antes de nada quiero agradecer el apoyo de Cristina y Marga que, haciendo gala de su valentía, desafiaron a los elementos para asistir al estreno de nuestro Don Juan que, a la espera de opiniones contrarias, fue un éxito de crítica y público (claro que casi todos eran amigos...)

Con vuestra venia, vuelvo a introducirme en vuestro blog con el fin de proponeros una actividad para el gran evento "I Cumple de Hoy Libro" y que consiste en lo siguiente:

-Opción 1 (sin alojamiento). Llegada a Écija y recorrido por la ciudad barroca acompañadas por el sin par Diablo Cojuelo que os relatará anécdotas, leyendas y cotilleos varios de los siglos XVII y XVIII para conduciros luego al Palacio de Benamejí, donde podréis disfrutar de una cena romana junto a algunas de las piezas arqueológicas más impresionantes de Astigi (nombre romano de Écija).

Precio: 80 € (incluye visita guiada y teatralizada a Écija y cena temática con animación)

-Opción 2 (incluye alojamiento). Mismo plan pero, en este caso, el Diablo Cojuelo iría a recogeros cual princesas al hotel para conduciros a través de las calles de Écija hasta el Palacio de Benamejí donde tendrá lugar la cena. Hotel: Palacio de los Granados, una preciosa casa-palacio en la que la paz es la auténtica protagonista. Un detallito que a mí personalmente me encanta es que cada habitación tiene un aroma diferente, elaborado según la época y lugar en la que está ambientada.

Precio: 155 € (incluye visita guiada y teatralizada a Écija, cena temática con animación, alojamiento y desayuno)

En ambos casos los precios están establecidos para un grupo de 10 personas, en caso de que fuese mayor, la tarifa se reduciría proporcionalmente al número de participantes.
Para aquéllas que no sepan quién es el DIABLO COJUELO, es una obra escrita por Luis Vélez de Guevara, que nació en Écija.
Argumento: El estudiante Cleofás Pérez Zambullo huye de la justicia. Intentando ocultarse acaba en el desván de un astrólogo y nigromante que practica la adivinación y que retiene al diablillo Cojuelo en una de sus redomas. Cleofás libera al diablo y este, agradecido, lo lleva por los cielos levantando los tejados de Madrid, Sevilla y otros lugares, para que el estudiante aprenda las miserias, engaños y nunca dichas verdades de sus conciudadanos.
Aquí podéis leeros la obra: EL DIABLO COJUELO, de Luis Vélez de Guevara

miércoles, 28 de mayo de 2008

VISITA A LA FACULTAD DE BELLAS ARTES

27 de mayo, 7 de la tarde. Pililebe, Pepa, Marga y yo nos encontramos puntuales en la calle Laraña, en la puerta del mamotreto que alberga la Facultad de Bellas Artes, mi facultad, casi mi segunda casa, que me ha visto corretear desde chica escondiéndome tras los pantalones de mi padre cuando alguien se acercaba, o ya adolescente, sonrojándome ante los alumnos de mi padre que me saludaban y pegándome codazos con mis amigas cuando veíamos al más guapo de la clase, nominado ya por mí a principios de curso cuando llegaba mi padre con las fichas de su nuevo curso a mi casa. Y donde luego, durante cinco años, día tras día, aprendí las técnicas para ser la artista que nunca fui.

Quiero darle las gracias a Pililebe, nuestra organizadora de la pre-cena, por darme la oportunidad de volver a recorrer sus pasillos, a los que no había vuelto porque me resultaba doloroso tras la muerte de mi padre, y que volviera a sentir los olores del aguarrás y del óleo, y el tacto del carboncillo, y a buscar en cada mancha aquellas que yo dejé. Todo en la mejor compañía, la de los amigos, porque aparte de mis niñas, también era un amigo, con el rimbombante cargo de Vicedecano de Cultura y Actos Institucionales de la Facultad, Manolo Álvarez Fijo, el cicerone excepcional que nos guió por el "horno donde se cuecen los artistas", según sus palabras. Y dicho y hecho, nos encontramos allí a dos que entraron con 16 años y aún, a sus setentaypico no han salido, el pintor José Luis Mauri (que fue auxiliar de cátedra de mi padre) y el escultor Nicomedes Díaz Piquero. "Vengo a aprender, me queda tanto por aprender..." nos dijo José Luis, carpeta de apuntes en mano.

Empezamos en el patio, que fue de un antiguo convento de los Jesuitas, del que únicamente quedan las columnas de mármol, porque lo tiraron en los años 50 para hacer semejante mole de ladrillo y trasladar allí la escuela de Bellas Artes, que estaba en la calle Gonzalo Bilbao.
Manolo nos explicó que los alumnos que pasan por allí tienen tres cursos comunes, donde tocan todos los palos: modelado, pintura y dibujo, para luego hacer dos cursos de especialidad: Escultura, Pintura, Diseño y Grabado y Restauración, ya con asignaturas más específicas.

Subimos en el ascensor a la cuarta planta y entramos en la clase de Colorido de último curso, donde el profesor, Antonio Zambrana, nos explicó que era el último día de clase y que muchos alumnos se habían llevado ya sus cuadros, alumnos que a partir de ahora ya volarán solos por galerías y salas de arte, quizás alguno verá sus cuadros colgados en museos, esperanza con la que habrán salido todos hoy por esa puerta que nosotras habíamos cruzado. Pero algo vimos, y sobre todo mis niñas pudieron ver el ambiente, las manchas de pintura en suelos y paredes, el olor al óleo y aguarrás, los caballetes amontonados, nuevamente el desorden de la creación.

En cada pasillo donde hay una pared grande, los alumnos de pintura mural hacen sus trabajos. Año tras año se cubren y se pintan de nuevo. Sería curioso hacer una radiografía de los muros, y en uno de ellos encontraríamos uno hecho por mí.

De allí pasamos a una clase de Escultura. Los alumnos estaban haciendo un bajorrelieve de barro. Única condición: dos figuras humanas con un fondo arquitectónico inventado. Los modelos estaban descansando en ese momento, tumbados charlando relajadamente sobre su tarima. Pero los vimos desnudos en los relieves de los pocos alumnos que seguían trabajando. Paseamos entre los caballetes, la mayoría cubiertos de plástico para que no se endurezca el barro y el alumno pueda volver a trabajar sin problemas en la siguiente sesión. El profesor, muy amablemente, nos explicó que esa era una clase de los cursos comunes, por lo que era obligatoria para todos, y que eso se notaba, porque muchos alumnos no volverán a tocar la escultura más.

La siguiente clase que visitamos fue la de litografía y serigrafía, vimos y tocamos las piedras calcográficas, de la que ya sabíamos algo tras la visita al taller de Jesús Tejedor. Pero ahora vimos la piedra dibujada ya, y papeles impresos. Una alumna estaba estampando, otro corrigiendo un diseño en un ordenador. Nos enseñaron lo que era una insoladora, que es la máquina que hace como un negativo del diseño elegido sobre la tela que sirve para estampar.

En un pasillo nos encontramos con Huget Pretel que, igual que Manuel Álvarez Fijo, da clases de Dibujo del Natural, la cátedra que tenía mi padre, y a su vera entramos en su santuario. Emotivo momento, en el que me vi, hace ya tantos años, cuando dibujaba yo en esos caballetes, carboncillo en mano, mientras mi padre me corregía. Padre e hija, profesor y alumna, todo en uno. La clase estaba vacía, sólo otro de los profesores, Daniel Bilbao, iba caballete por caballete corrigiendo los dibujos de modelos desnudos, hechos a carboncillo, puntuándolos. Manolo, que es mu malo, le presentó a Pililebe: “¿sabes quién es ella? La biógrafa de Pérez Aguilera”. Daniel la abrazó, diciéndole que había cogido su libro y no pudo levantarse hasta que lo terminó. Estaba emocionado. Entonces Manolo, le dijo: “¿y sabes quién es ésta?... se llama Cristina... y ahora viene lo mejor: de apellido Pérez Aguilera”. Daniel me abrazó con ganas, y me contó la admiración que sentía por mi padre, y anécdotas, y... ¡yo sin klinex!, snif snif... lo dejamos con sus caballetes y sus notas, y nos fuimos con nuestra emoción a otra parte.

Por la escalera vimos que unos escalones tenían unas manchas negras. Curiosas, le preguntamos a Manolo que qué eran: “eso son ANAMORFOSIS” “¿eh? ¿y eso qué es lo que es?” -preguntamos todas al unísono, incluida yo, que el día que lo explicaron estaría haciendo rabonas-, “una técnica de perspectiva, son dibujos que sólo se ven desde un punto determinado, si los ves desde cualquier otro, tan sólo es una mancha sin sentido”.

Increíbles ilusiones ópticas, que seguimos viendo en muchas otras partes: en el ascensor sólo se veía cuando se abría la puerta, en el cuarto de baño una pareja besándose, en un rincón un hombre corriendo...

Entre esas fantasmagóricas figuras avanzamos a la clase de escultura del último curso de especialidad y paseamos entre las grandes piezas que esperaban para ser puntuadas.
Vimos todo el proceso, cómo empiezan con un pequeño boceto hecho en barro, que luego se trabaja en el tamaño original con corcho blanco (del que se usa para los embalajes), material que es más barato crear las piezas grandes, luego hacen un molde de escayola y ya se rellena del material elegido, normalmente una resina plástica que luego se pinta para darle el efecto de bronce, o barro... o la terminación que quiera el artista. Entramos a continuación en una clase más, en la que se trabaja el barro a tamaño original, con figuras humanas.

Nos trasladamos al sótano, a la clase de Restauración, donde nos recibió una auténtica autoridad de la Facultad: Juan, modelo durante muchísimos años, que con el tiempo estudió restauración y pasó a trabajar en ese departamento, hasta hace un mes, que se jubiló. Generaciones y generaciones de alumnos lo han retratado en sus lienzos.
También nos recibió el profesor Joaquín Arquillo, que nos fue explicando el trabajo que se desarrolla allí, auténticos detectives de cada obra que llega a este departamento, que nos dijo que ellos eran los únicos que trabajaban "por amor al arte".
Aquí muchísimas iglesias andaluzas mandan sus lienzos y esculturas para que las restauren. Joaquín sacó una lámpara de luces ultravioletas, nos hacía mirar detenidamente una escultura, apagaba la luz y encendía la ultravioleta: ¡milagro! aparecían manchas en la cara, señales de pinturas posteriores, o clavos, o cortes en la madera... la historia de la estatua ante nuestros ojos. Vimos dos esculturas de santos que en algún momento alguien limpió con un cepillo (en una epidemia de peste, nos contó), quitándole toda la policromía que estaba hecha al temple, menos la cara y las manos que estaban pintadas con óleo que no se disuelve con el agua. También había una virgen románica (Marga, emocionada casi la abrazó), comprada por el Museo de Bellas Artes y que ellos descubrieron que era falsa porque bajo la pintura había una tela ¡hecha a máquina! Joaquín nos explicó que los escultores antiguos sabían cómo y cuándo debían cortar el árbol con cuya madera iban a hacer una escultura, y que eso ha permitido que se conserven hasta ahora.

Y de allí pasamos a un pasillo de mármol y granito negro, fuimos bajando por una oscura escalera, bajo la Iglesia de la Anunciación. Un bedel nos encendió la luz: estábamos entrando en el Panteón de los Sevillanos Ilustres, “el lugar de los que nunca se van de aquí”, dijo Manolo.

Allí descansan para siempre muchos a los que conocemos simplemente por las calles que llevan su nombre: Arias Montano, el de la Peña, También estaba allí la lápida de Alberto Lista, Francisco Mateos Gago, Federico Sánchez Bedoya, José Amador de los Ríos, Antonio Martín Villa, un auténtico paseo por Sevilla.
También están las cenizas de Gustavo Adolfo y Valeriano Bécquer, dos lápidas a ambos lados de una escultura de un ángel que descansa sobre una hornacina llena de papelitos. Curiosas, Pepa y yo, preguntamos si podíamos leerlos, Manolo nos dijo que era una indiscreción, y apucharadas nos retiramos. Entonces vino el bedel y cogió dos papeles, que me entregó. Vacilante abrí el primero: “quiero que mis hijos sean escritores” decía el anónimo. Empecé a leer el segundo “que mi abuela esté siempre a mi lado...” ya no quise leer más, me pareció que estaba violando la intimidad de quién lo dejó y volví a colocarlo bajo el amparo de los hermanos Bécquer.
La que más nos gustó, la de Cecilia Bölh de Faber, la escritora suiza que escribía con el seudónimo de "Fernán Caballero", única mujer que merece por mérito propio su pequeño rincón en este Panteón (las otras que están aquí son virtuosísimas esposas de sevillanos ilustres).

Ah! Por cierto, un cotilleo necrófilo para las de Cáceres, ¿sabéis quién tiene un adosado en este panteón? pues, ni más ni menos que: “El Excmo. S. D. Gerónimo Girón y Moctezuma Ahumada y Salcedo, Marqués de las Amarillas, Regidor perpetuo de Ronda, su patria, Alcayde de su castillo y Caballero de su Maestranza, Consegero de Estado, Teniente General de los Reales Ejeércitos, Gran Cruz de las Órdenes de Carlos III. y S. Hermenegildo, Comendador de museros en la de Santiago, Virrey de Navarra y Decano del Supremo Consejo de la Guerra, nació el 7 de junio de 1741, y funí en Sevilla a 17 de octubre de 1819. Vivió como honrrado sirvió en ambos mundos como valiente, mandó como hábil, juzgó como sabio y murió como cristhiano. / R. I. P." ¡¡Moctezuma!!! ¡de los Moctezuma de toda la vida! ¡Familia de nuestra Isabel de Moctezuma!! ¡los que tenían esa humilde chabola que vimos en el casco antiguo cacereño!

El bedel empezó a contarnos que él había visto barbaridades en ese Panteón, y que si quería usarse por la Iglesia tendría que ser bendecido de nuevo ¿qué barbaridad tan pecaminosa habrá visto?

Salimos, impresionadas de un lugar tan misterioso, y pisamos de nuevo la realidad. ¡¡Eran las nueve!!!, nuevamente, como en nuestra anterior precena, dejamos a nuestro cicerone plantado con la boca abierta y corrimos como cenicientas a nuestra cita.
Un lujo. Gracias, Pililebe.