martes, 15 de julio de 2008

MANOLO CUERVO Y SUS CHICAS MALAS

Tarde de tornado. Salimos de casa con los pelos alborotados y un revuelo de polvo enturbiando la tarde sevillana. La cita es a las siete y por una vez llegamos con tiempo suficiente para tomarnos un gin tonic en la plaza del Dos de Mayo, custodiadas por la espada de Daóiz, en un bar que se llama “El Sanedrín”, donde nos vamos agrupando una a una, entonándonos para comportarnos como se espera en una tarde como esta: como CHICAS MALAS.

Entrando por la calle Martínez Montañés el cielo empieza a clarear, como anticipo de la luz que nos espera en casa de Manolo. Subiendo una escalera de azulejos divisamos a través de la ventana su primera huella, su cartel de la feria que da algarabía al típico patio sevillano de rejas verdes. Llegamos a su puerta, puerta de casa antigua y con muchas historias por contar. La primera ojeada denota un orden muy artístico, que transparenta la personalidad de su inquilino, el orden desordenado de una casa donde la vida transcurre entre la creación, casa repleta de objetos curiosos, bonitos, estéticos, la casa de un hombre solo ante el peligro pero muy acompañado por una cabeza que es como una olla express, un no parar de imágenes y figuras e historias. Objetos que también tienen su historia, que Manolo nos va contando. Nada está colocado al azar, todo lo que le rodea ha sido elegido por la vista, todo parece haber sido creado para que Manolo pusiera su mano encima.

Pero la magia existe, y en el primer minuto ya supimos que esa magia nos iba a transportar. María Sur se queda de piedra ante el cuadro que adorna el salón “Marta y su hermana en la playa de Conil”. Cuadro del que le habló su padre, que lo vio en Internet, y que le llamó la atención por ser ella la hermana de Marta, que vive en Conil y donde se han bañado muchas veces juntas, quizás sin jugar con la pelota, quizás sin Popeye riéndole las gracias a su lado. Ella no sabía que era de él. Él se quedó encantado con la historia. Porque Manolo también cree en la casualidades, también cree que las historias que él cuenta en sus cuadros pueden ser leídas de muchas maneras, una por cada lector-observador de sus obras.

Nos agasaja con unas horchatas, servidas en unas copas con sus pajitas, y acompañadas de nueces y barquillos de canela, que refrescan nuestro paladar y lo preparan para que fluyan las palabras.

Llega Pililebe, desbordando vitalidad como ya es habitual en ella. Revuelo de pelos rosas que inunda el salón de Manolo, a juego con los colores de sus paredes.

Nos vamos metiendo en el ambiente, y vamos a su “sancta sanctorum”, donde una mesa de pingpong resiste las partidas creativas, sustituyendo pelotas por botes de colores imposibles. Las paredes chorrean vida, contrastando con tres cartulinas blancas preparadas ya para sacarlas del anonimato. Dicen los artistas que ese es el momento más duro: enfrentarse a la blancura del lienzo, sacar lo que lleva dentro. Pero Manolo no parece temerle al blanco. Porque sus palabras ya nos enseñan lo que aparecerá por arte de sus manos.

Y empiezan a aparecer ante nuestros ojos las chicas malas. Chicas cuya silueta resalta en blanco y negro sobre los cartones en los que están retratadas. Algunas solas, como Amy Whitehouse, de la que dice Manolo que se ha creído su propia leyenda y está siendo víctima de ella, o Lolita (no la Flores, sino la de la película de Stanley Kubrick), bajándose descarada sus gafas de sol. Otras están acompañadas por los cómplices de su “maldad”, como Jane Birkin, maravillosa con sus botas negras altas, agarrada a Serge Gainsbourg, o Jean Seberg del brazo de Jean Paul Belmondo. Todas sobre los fondos de los carteles que ha hecho Manolo a lo largo de su vida: "collage y decollage" nos explica el artista, que no es otra cosa que pegar y luego rasgar los carteles, para hacer unos fondos sobre los que reinan esas malas chicas. Sobre un corcho reposan Yoko Ono y John Lennon, a la espera de que Manolo les de el visto bueno, y una Barbarella-Jane Fonda pistola en ristre, amenazándolo para que la coloque ya donde ella se merece.


También hay chicos, pero no son tan malos. Los marineros Frank Sinatra y Gene Nelly recortan su silueta bailarina sobre el Juan Sebastián Elcano, barco que llevó a Manolo a descubrir nuevos mundos.

Entre colores y monstruos del cine va pasando la tarde, en un alboroto de chorreones en lila, rojos, verdes nos arrastra de nuevo al salón, presidido por una tele que de pronto se enciende y por la que vemos pasar toda su vida, del blanco y negro al color, desde que estaba en la barriga de su madre, sentada de lado en la moto con su padre en alpargatas y sus dos hermanos. La alegría de la familia traspasa la pantalla, igual que debió trasmitirse por el cordón umbilical, y que ahora que los ha perdido deberá dejarle un poso de melancolía por ausencia de esa luz de Isla Cristina que lo acunó. De ahí pasamos al jazz, otra de sus grandes pasiones y que también se plasman en sus cuadros, así suenan sus cuadros, a jazz, palabra dibujada de mil formas en cada uno de los cuadros que expuso en Huelva.

Y llega la despedida al anochecer, despedida que viene acompañada de dedicatorias ilustradas, que son la envidia de las demás que no fuimos tan afortunadas, pero aunque algunas nos fuimos con las manos vacías llenamos nuestras retinas de colores y emociones, y de historias contadas, porque Manolo, además de pintar, sabe contar y transmitir. Reconozco que no soy imparcial, y mis amigos me pierden, sobre todo si dan tanto como nos dio Manolo ayer, entrañable y cariñoso Manolo, dando color y calor a manos llenas ¿o no?

Por cierto, os cuento un cotilleo, que sé que os gusta: a las nueve de la mañana me ha buscado por los bares del centro, emocionado, deseoso de comentar la tarde de ayer, y después de invitarlo a un café me ha hecho ir a su casa para volcar las fotos en su ordenador, mirándola una por una, comentando una por una. Otra vez me he encontrado en el lugar del delito, que albergaba vuestra ausencia, resacosa su casa de la borrachera de historias de ayer, y allí estaban todavía las copas vacías con las huellas de vuestro carmín (éste el de Pililebe, éste más pálido el de la palentina, esta copa que está limpia la mía, natural que es una...). También él está enamorado de todas vosotras, chicas malas, pero esto no se lo digáis a nadie ¿eh?, ¡que es un secreto!

Y como colofón, nuestro álbum con la música de Amy...

15 comentarios:

Maria-Norte dijo...

Yo estoy perpleja, aún tengo en mi retina todos los colores y en mi corazón toda la alegría que siempre me queda de mis encuentros con hoylibro y yá esta esto lleno de creatividad, de generosidad, de ingenio y de cosas maravillosas.
Personalmente me enamoré de Manolo Cuervo, no solo del artista sinó del hombre y digo enamorarse de verdad, de alguien que te gusta, que te mira a los ojos, que te abre su casa, que te enseña su obra, la anterior y la inédita, alguien a quien admiras y se muestra tan cercano que tienes enividia de tu amiga que es su amiga, y quieres rodearte de gente así, siempre he considerado a los artistas por el hecho de serlo y de admirarlos, lejanos, supeiores, tocados con una varita mágica, con duende y Manolo fué tan generoso desde el minuto uno, que todavía le ves mas grande, pero no distante.
¿ Los efectos especiales de viento y truenos y olor a lluvia también fué preparado por vosotros?.
Gracias Manolo y sobretodo gracias Cristina.
Maria-Norte ferviente admiradora de las chicas malas y de las buenas y de los artistas generosos.

mageles dijo...

´¡Cómo he disfrutado con la crónica de Cristina¡¡Pedazo de tarde, de fotos,de amigo...¡ No pude ir tampoco, me he vuelto a perder la sevillanía revoltosa y creativa de este artista en su tarde de mujeres. Definitivamente quiero que otra vez sea posible.

Pilar dijo...

Si te digo una cosa no te me vas a poner vanidosa e insufrible, ¿verdá blogmaster de mis entrañas? Al día siguiente de la cena siemprentro en el blog varias veces hasta que me encuentro con la crónica del día anterior porque ¡¡¡¡la disfruto tanto!!! Es un lujo volver a vivir lo vivído desde otros ojos: ojos humanos y los ojos de una cámara. Es un regalo generoso que llega de forma mágica a mi soledad-ordenadoril-mezclada de pausas que aprovecho para comprobar si ya llegó el regalo.
Gracias, Xristi por ello, de nuevo. Gracias por llevarnos a Manolo Cuervo. Dile cuando lo veas, en uno de esos bares del centro, que no deja indiferente.
Ese fue mi diamante ayer, recreado hoy gracias a ti.

Anónimo dijo...

No es Tiffany¨s pero hay muchos diamantes.
Collage de emociones.Que me quitan la malea..
Cristina abriéndonos la casa de Manolo y Maria Norte con un “gin tonic” en la mirada..
Un trueno. Y Manolo salpicándonos de color; y Cristina de generosidad.
Y Cristina regalando más cariño y Pililebe tutti-rosa espléndida.
Música de jazz.Y una Marga encantadoramente “celosilla” Y una sardina .
Y existe la magia. Y Pamela no sé dónde está.
Y de nuevo Cristina deleitándonos con sus relatos. Y Pepa con su eterna sonrisa.
A pesar de los pesares. Disfrutando intensamente.
Un video y unas fotos.Su vida. Y la nuestra.Y siempre Cristina.Gracias.
Una horchata. Y unas chicas malas.Y un hombre del que nos hemos enamorado.
Y ya tengo las piernas de katemoss para él. Y hoy estoy con mi hermana.Otra. Muy cerca de Conil. Y hace levante.
Localizo algo de zurro; puede ser interesante.
Y me he traido el beso de Manolo.Mañana veré a mi padre.
Y me distraigo con popeye. Mientras, espero a mi hermano que llega en el “J.S.Elcano” ¿Casualidades?
Y aún “chorrean” por mi alma los colores y el cariño de ayer tarde.Y ¡no puedo controlarlos!...
Y me pongo en la mesa de pinpon en horizontal ¡pero no puedo controlarlos!.
Gracias Cristina. Gracias Manolo.

Cristina dijo...

Debo admitir que me vienen bien los elogios hoy... he alternado esta crónica con el casting de internas para mi madre y la mochila de mi hijo scout, más una cena en casa con Elena, Ramón y su scout Pablo. Entenderéis mi follón mental: alternar los cuadros y blog con entrevistas a ucranianas, y búsquedas desesperadas de pañoletas y mochilas. Resultado: esquizofrenia total (sólo tenéis que mirar la hora de este comentario). Me alegro que apreciéis mi esfuerzo

Marga dijo...

HOSPITALIDAD: buena acogida y recibimiento que se hace a los visitantes, a los forasteros o a los extranjeros.

GENEROSIDAD: nobleza heredada de los mayores. Inclinación o propensión del ánimo a anteponer el decoro a la utilidad.

BELLEZA: propiedad de las cosas que hace amarlas infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas.

PRIMOR: destreza, habilidad, esmero o excelencia en hacer o decir algo. Persona de buenas cualidades.

EUFORIA: sensación de bienestar, resultado de una perfecta salud o de la administración de medicamentos o drogas (u horchata).

ADMIRACIÓN: acción de admirar.

ÉXTASIS: estado del alma enteramente embargada por un sentimiento de admiración, alegría, etc.

CARIÑO: inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo.

PRIVILEGIO: ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia.

Y AGRADECIMIENTO, Manolo, mucho agradecimiento, porque ni con la RAE soy capaz de encontrar palabras que me ayuden a hablar de ti, de tu obra y de esa tarde tan exclusiva que nos regalaste.

Y para que las dos Marías se queden contentas, también ENVIDIA: emulación, deseo de algo que no se posee.

Cristina, no sé calcular cuantos gin-tonics te debo ya para saldar esta deuda que se va agrandando día a día. Gracias.

Cristina dijo...

ENGANCHE: Acción de pasarse la primera mañana de vacaciones delante de una pantalla de ordenador escribiendo el acta.

Cristina dijo...

¡ALFONSO ZURRO HA ACEPTADO NUESTRA INVITACIÓN! Manolo se lo ha contado y se ha reído... dice Manolo que eso es señal de que acepta encantado. Nos va a pasar un texto que él seleccione en fotocopias. Le he dicho que no se va a arrepentir, que somos más buenas cuando tenemos invitados. ¿Eh? ¿qué os parece la noticia?

Maria-Norte dijo...

Es que no me lo puedo creer. Cristina a partir de hoy eres mi heroina preferida.¿ Cuando , como es lo de Zurro?. Quiero

Cristina dijo...

Han ido los dos a buscarme al trabajo par tomarnos una cervecita y hablarlo pero... YO YA ESTOY DE VACACIONES! y hemos hablado por teléfono, así que he quedado con ellos en que cuando Alfonso tenga el texto quedamos, pero ya tendrá que ser para ¿Noviembre?... tendremos que ver qué fecha nos viene bien a todos (sobre todo a él)

Anónimo dijo...

¡qué pasada!

Pilar dijo...

Manolo-Zurro. Zurro-Manolo. Zulo-Romano. Mano-Zur. Zu-Ma-no... Si continúo haciendo combinaciones silábicas, podéis estar seguras que me termina saliendo Manolo-Zurro-Hoy Libro-Noviembre-o-cuando-sea. ¿Noviembre? ¿No es muy tarde? ¿Ké vamos a hacer las impacientes como yo?

Cristina dijo...

Pililebe, a mí también me apetece antes, pero lo veo complicado, porque en octubre tenemos lo de Cáceres y septiembre lo tenemos cerrado ya. Podríamos tener una cena extra, pero bueno... veremos que sale de la crevecita que tengo pendiente con el dúo Zurro-Cuervo. Más información en próximos capítulos.

rocio dijo...

¡Qué envidia!

rocio dijo...

Me refería a la visita a la casa de Manolo Cuervo, lo de Zurro no me lo pierdo.