martes, 29 de julio de 2008

INSPIRACIÓN FATAL

Una amiga de Elena ha presentado este relato a un concurso de moicrorrrelatos, y me pide que lo ponga aquí a ver qué nos parece.
Dice Elena: "te mando este relato de mi amiga, por si crees apropiado colgarlo, no he podido hablar con ella para consultárselo, pero estoy segura que le va a encantar que se lo desmenucemos en el blog, oir cierto, tiene buen humor y creo que aceptará bien las críticas". Pues eso... a desmenuzarlo como vosotras sabéis.


INSPIRACIÓN FATAL


“...Y se quedaba en silencio,
a la espera de sí mismo,
ante una hoja en blanco”
Wislawa Szymborska

Extendió la hoja sobre el escritorio de pino sueco pues el ordenador padecía de un virus incurable. A continuación, miró el techo con insistencia, al tiempo que entrechocaba el bolígrafo contra los dientes haciendo un ruido realmente irritante. Y buscó la palabra exacta unida a otra aún más perfecta que construirían un brillante relato breve.

Pero no tuvo mucho tiempo ya que, mientras se debatía entre una historia futurista de capa y espada, un haiku de tema luso, un nanotexto de amor descortés o no sabía todavía qué, un asesino múltiple le asestó 40 puñaladas.

Sintió un golpe seco en la espalda, un segundo de lucidez, y muerte súbita por ese orden. Seguidamente, fue diseccionado en diez partes y congelado junto a 500 g de anillas de calamar, 1 Kg. de ternera extra limpia al vacío y 400 g de espinacas en hojas.

Y fui yo, un psicópata paranoico de personalidad disociada, quien redactó el microrelato. Recogí el bolígrafo manchado de sangre del suelo, y garabateé sobre la hoja en blanco:

-“El próximo puedes ser tú”.
(No se puede caer más bajo -pensé-. Desde luego, prefería matar a escribir cuentos cortos).
Ahora, levanto la cabeza despacio, con esa inquietante sonrisa que tanto me gusta, miro fijamente al lector, y quién sabe...
“Coja una sesada de cerdo y retire de sangre todas las venas y las membranas envolventes. Deshaga con un tenedor la sesada y déjela reposar dos horas, condimente con sal, pimienta negra, un clavo y zumo de limón...”.
“Sesos Ensopados” de “Las 1001 Recetas de Vísceras”

Enviado desde la Prisión de Alta Seguridad del Bajo Alentejo
Fdo: D. Silvio Silva Sousa de Santos
Asesino en Serie y Experto en fugas

8 comentarios:

Marga dijo...

¡Desde luego es un malo malísimo! ¿Y dices que el escritorio es de Ikea? Me gusta mucho el relato, es ingenioso y sorprendente. Te hace esbozar una sonrisa a la vez que te eriza esos famosos pelillos que tenemos en común todas las chicas de Hoylibro!. ¿Queréis críticas? Yo lo habría acabado tras el paréntesis donde dice que "prefería matar a escribir cuentos cortos". Creo que hasta ahí tiene sentido completo y queda perfectamente cerrado. Con el resto, receta y remitente, escribiría otro. Una que está acostumbrada a economizar…

Cristina dijo...

Desde luego, Marga, lo de IKEA lo cojes al vuelo!

Ya sé que esta no es la entrada idónea, pero es la última y me tomo esa licencia porque si no no se entera ni Dios: merece la pena que entréis en el blog de ONDA.

elena dijo...

Marga tienes razon pero en las bases del concurso de relatos exigen entre 50 y 300 palabras, no ha podido evitar agotarlas¡¡. A mi el relato a pesar de lo ingenioso no ha llegado a atraparme,ya se lo he dicho

Cristina dijo...

a mí me pasa lo mismo que a Elena. Creo que tiene la esencia de un buen relato, intriga, sorpresa, humor... pero hay momentos que me pierdo. Y como dice Marga, la receta sobra. Pobrecilla tu amiga, Elena, no sabe dónde ha ido a caer.

Anónimo dijo...

Una primera lectura rápida y no pillé nada… sólo que era un relato “de miedo”
Y a pesar de que por sistema me niego a leer o a ver pelis de miedo me he atrevido con una segunda lectura.
Confieso que me ha gustado. Pero me sigue dando mucho miedo, el microrelato en sí.
Y más miedo, el micromicrorelato que nos regala el asesino, concentrando en esa frase garabateada algo peor que una puñalada mortal - la condena a vivir con el miedo-.
(No lo puedo evitar, estoy frente al ordenador escribiendo esto, que tal vez no llegueis a leer – “porque la próxima puedo ser yo” - y no paro de mirar a mis espaldas…¡socorro! ¡estoy muerta de miedo!).

¿La receta?. Me ha servido de psicoanálisis. Ya sé el por qué de mi rechazo sistemático a “ciertas comidas”.

( Si llegais a leer esto es que sigo viva. Con una tortícolis de miedo - nunca mejor dicho - pero viva. Y por supuesto no me inviteis nunca a comer sesos, riñones, higaditos o similares.Gracias.)

Cristina dijo...

espero que la amiga de Elena tenga de verdad buen humor... porque con estos comentarios... cualquiera se atreve con vosotras, guapas!

elena dijo...

Cristi, no solo tiene buen humor sino que le van encantar vuetros comentarios. Cuando puedas me los mandas por correo para hacérselos llegar. No me atrevo a invitarla al blog. Lo discutimos en septiembre

Teresa Majeroni dijo...

Pues a mí me ha gustado!
Breve (como cualquier microrrelato que se precie) :-) sorprendente y, me pasa como a maría-sur, aquí, en mi ordenador, a las 21.35 de la noche, no puedo menos de mirar a mi espalda una y otra vez...
Eso es lo que busca un buen escritor, no?