miércoles, 13 de junio de 2007

HOY LIBRO!

La lectura formaba parte de sus ajetreadas vidas, y entre el trabajo, los niños, biberones y dodotis siempre habían guardado unos valiosos ratitos para vivir la vida de los protagonistas de los libros que tenían entre manos, y ausentarse por un rato de su rutina metiéndose en la piel de otros personajes. Viajaron con ellos a países exóticos, buscaron entre legajos los misterios de alguna secta secreta, e incluso compartieron los problemas domésticos de mujeres que no conocían y que vivían a miles de kilómetros. Cada uno de ellos les dio una visión diferente de la vida y, de algunos guardaron en sus corazones, como si fueran amigos de toda la vida, sus problemas y sus anhelos.

“¿Qué estás leyendo ahora?”; Ellas siempre reservaban un rinconcito de su conversación para comentar la lectura que tenían en esos momentos, se prestaban libros y se aconsejaban autores, pero cada una por separado y a ratos sueltos, hasta que un día decidieron unir sus energías y formar un club de lectura. Poco a poco se fue fraguando el grupo, y aumentando el número de implicadas.

“¿Qué nombre le ponemos?”; El segundo paso era buscarle un nombre. Jose propuso proponerlo en la próxima reunión del grupo de futbito Eurojueves, pero Cristina, temerosa de lo que podía salir de allí, puso a sus compañeros de trabajo (todos hombres) a pensar… y pensaron!!: “el club de las puretas muermo”, “las de la presbicia”… fueron algunos de los nombres que salieron de aquella sesión de literatura machista, pero ella los dejó continuar, haciendo gala de una santa paciencia, hasta que a uno de ellos se le escapó: “¡Hoy libramos de ocho a diez!”. ¡Eureka!. En su cabeza se encendió una bombillita y de salió “HOY LIBRO!”, nombre en el que se mezclaba lo lúdico con lo literario y que resumía el objetivo del encuentro. Respiró aliviada y reflexionó acerca de la gran fuente de inspiración que son los hombres si una es perseverante y paciente.

“¿Qué día quedamos?”; Se acercaba uno de los jueves que relucen más que el sol, y pensaron que esa luz sería ideal para iluminar su primer encuentro. La noche del 6 de junio del 2007 se citaron a las 9,30 en el reservado del restaurante EL ABUELO.

Habían decidido que la primera lectura fuera un libro de relatos, más cómodo de leer para todas, y que cada una llevara su preferido, para que entre ellos, tras una democrática votación, encontraran al elegido.

Adela no pudo venir, por lo que al final eran seis las comensales, todas uniformadas de blanco y negro, que al parecer son los colores más literarios de su fondo de armario.

Marga llegó cargada con unos catálogos de papeles pintados, que sin ser demasiado literarios también pasaron las votaciones del grupo. Ella hizo las funciones de secretaria, y tomó debida nota de todo lo que allí se hablaba.

Ángela fue de las pocas que llevaban su libro-propuesta bajo el brazo, y narró, como si fuera un relato, su despedida de soltera, celebrada en ese mismo restaurante y en la que presidía la mesa un muñeco hinchable de nombre Billy Joe.

Elena, Mª del Mar, Rocío y Cristina completaban el grupo.

Como todas eran (como en el anuncio de Coca Cola) de la generación de Mayra Gómez Kemp, descartaron dos de entrada. Mario Benedetti salió del reservado con su “Buzón de tiempo” bajo el brazo y Gabriel García Márquez hizo lo mismo con sus “Doce cuentos peregrinos”. Tras una dura votación y la lectura de dos de los relatos finalistas volvieron a quedar empatados, así que decidieron leerse los dos, ¡qué valientes!!.

Los libros seleccionados fueron: “Íntimas suculencias” de Laura Esquivel, aportado por Cristina en una preciosa edición ilustrada de Ollero&Ramos, y “Mujeres de ojos grandes” de Ángeles Mastretta, que llevaba su tocaya Ángela en una edición de Booket.














El camarero del restaurante, inspirado por el espíritu literario que llenaba la sala, fue narrándoles, paso a paso y entre plato y plato, el desarrollo de una despedida de soltero que se celebraba en la sala de al lado, donde 26 hombres estaban acabando con la reserva de botellas de rioja de la bodega y amenazaban con entrar al asalto en su intelectual reservado. Incluso les comentó que alguno de los asistentes tenía cuerpo de bombero, y que si querían sustituir los libros por el cuerpo se lo mandaba para que ellas realizasen una inspección ocular, a lo que Rocío le contestó que no había que mezclar "churras con meninas", y Elena que "antes de que llegase el cuerpo ella se iba a mear". Tras escuchar esos comentarios -no muy literarios- el camarero se retiró cabizbajo y olvidó la idea de enseñar el cuerpo (del bombero, claro).

Pero todo quedó en un susto y sólo fueron interrumpidas por uno de los maridos, de nombre Agustín y jerezano por más señas, que fue mandando mensajes a todas para interrogarlas sobre el tema de las conversaciones que se llevaban a cabo sobre el mantel. Tras un envío masivo de mensajes aclarándole sus dudas fue silenciado, o por lo menos estuvo entretenido con la agradable lectura de las misivas telefónicas el tiempo suficiente para que ellas acabaran la cena y algún que otro chupito de amaretto. El jerezano ya había intentado boicotear el club organizando una contra-tertulia masculina en la que desmenuzar —literariamente hablando— la revista Play-boy, aunque no tuvo la acogida que él esperaba, por lo que se encontraría frustrado y deseoso de boicotear la femenina.

Acabado el agradable encuentro volvimos a nuestros hogares dispuestas a enfrascarnos en nuestras lecturas y en sacarle jugo para el próximo encuentro.

3 comentarios:

rocio dijo...

Estupendo el blog. Vale, corregimos, había que decir "merinas", lapsus linguae. He comenzado el de Mastretta y me está encantando, espero que le saquemos mucho más jugo con los comentarios. Por cierto, cuando Agustín, alias el jerezano, preguntaba en los mensajes del móvil "a ver, de qué estais hablando" nuestra respuesta fue la verdad "de Intimas suculencias" ¿qué pensaría?

marga dijo...

¡Qué suerte tenemos con nuestra redactora jefe,creadora de blogs,reina de la narrativa y promotora y alma del grupo!Va por tí,Cristina,que eres capaz de hacer perdurar nuestra primera reunión con tanto ingenio.

Cristina dijo...

¡QUE NO!! Que no se pueden incluir imágenes en el sobrecito de marras!! así que doy dos opciones:
1. Método tradicional: que me mandes la foto a mi correo electrónico
2. Método de VALIENTES: Crea una entrada e incluye allí la foto con un textito para que todas disfrutemos de la lectura.