lunes, 11 de junio de 2007

HOY RECOMIENDO... MÁS LIBROS

Ya se acercan las vacaciones, y con ellas más ratitos de lectura en la piscina o en la playa, así que he aumentado las propuestas:

El que me han recomendado en primer lugar, como lectura obligada (aunque en todos sitios me dicen que está agotado) es:

El niño con el pijama de rayas, de John Boyne
Editorial: Salamandra. Páginas: 224
Precio: 11,88 €
Estimado lector, estimada lectora:
Aunque el uso habitual de un texto como éste es describir las características de la obra, por una vez nos tomaremos la libertad de hacer una excepción a la norma establecida. No sólo porque este libro es muy difícil de definir, sino porque estamos convencidos de que explicar su contenido estropearía la experiencia de la lectura. Creemos que es importante empezar esta novela sin saber de qué trata. No obstante, si decides embarcarte en la aventura, debes saber que acompañarás a Bruno, un niño de nueve años, cuando se muda con su familia a una casa junto a una cerca. Cercas como ésa existen en muchos sitios del mundo, sólo deseamos que no te encuentres nunca con una. Por último, cabe aclarar que este libro no es sólo para adultos; también lo pueden leer, y sería recomendable que lo hicieran, niños a partir de los trece años de edad.

"Delicioso suicidio en grupo" de Arto Paasilina. Ed. Anagrama
Miles de finlandeses se suicidan la noche de San Juan. Onni Rellonen, un empresario en crisis, decide poner fin a su vida. Al encontrar un granero apartado, unos ruidos lo detienen. Onni salva a otro visitante del granero, el coronel Kemppainen, un viudo que había decidido matarse ese mismo día. Ambos renuncian al común propósito y empiezan a charlar sobre los motivos que les impulsaban. Toman una sauna, beben coñac y empiezan a tutearse, hasta que se rinden ante la evidencia: existe un gran número de candidatos al suicidio. Nace así una larga amistad y la idea de fundar una asociación de «aspirantes a suicida». Así, treinta y tres compañeros deciden partir, en un flamante autocar, en busca de un suicidio colectivo digno: cruzarán Europa hasta encontrar el mejor acantilado desde el que lanzarse deliciosamente al vacío.
PVP con IVA 18.50 €
Nº de páginas 280
Colección Panorama de narrativas


En la reunión se recomendó también (no recuerdo quién fue ¡perdón! y Marga no lo apuntó en en el acta): "El marino que perdió la gracia del mar" de Yukio Mishima
Alianza Editorial, 170 páginas, 6 euros.
Relato de una traición ignorada y de una idealización frustrada, es una inmejorable forma de introducirse en el singular universo creativo del japonés Yukio Mishima. Valiéndose de una prosa inconfundible, que sugiere tanto como dice y que utiliza con extraordinaria habilidad los silencios y las elipsis para dotar al relato de un ritmo característico, retrata en esta breve novela a través de su protagonista, Noboru, el abismo insalvable que se abre como una herida palpitante entre el desesperado intento de un clan de adolescentes de hallar su ubicación en el mundo mediante un código de conducta ya periclitado, y una sociedad ya irremediablemente convulsionada y despojada de su primigenia armonía tras la traumática derrota en la Segunda Guerra Mundial.
Del mismo autor:
El rumor del oleaje, de
Yukio Mishima
Editorial: Alianza. Colección: Biblioteca Mishima
Precio: 7,13 €
Una de las más grandes y bellas historias de amor de la literatura, narra el nacimiento y consumación del idilio entre dos adolescentes en un mundo primitivo y elemental: una minúscula isla japonesa en la que sobrevive una comunidad de pescadores apartada de la civilización y donde se percibe el olor salobre del mar, la fragancia de las cuerdas de cáñamo, el humo invisible de las hogueras y el rumor de un oleaje azul intenso que todo lo circunda. Guiado por su admiración hacia el modelo humano y la tradición bucólica de la Grecia clásica, que era capaz de establecer una perfecta coincidencia entre la vida humana y la misteriosa belleza de la naturaleza, Yukio Mishima (1925-1970) construye una bellísima novela acerca de uno de los temas perennes de la literatura.

Ensayo con un sugestivo título, más para disfrutar con imágenes que para leer, así que es el más apropiado para las perezosas:
Las mujeres que leen son peligrosas de Stefan Bollman
Prólogo de Esther Tusquets. Trad. Anna Kosutic
Ed. Maeva. 2006. 152 páginas, 29’50 euros
Atrayente museo temático de mujeres inmersas en la lectura, que invita a un vagabundeo literario por las hermosas imágenes de mujeres leyendo que proliferan en el arte occidental, desde el siglo XIII hasta nuestros días, firmadas por Buonarroti, Vermeer, Rembrandt, Fragonard, Casas, Manet, Matisse, Van Gogh, Julia Margaret Cameron, Eve Arnold o Hopper, entre otros creadores.
Esboza, de un modo atomizado e impresionista, una historia visual de la lectura en femenino, al hilvanar una cadena de retratos magistrales de mujeres con libro, concentradas en la lectura, o inmortalizadas en ese instante en que la mirada se levanta del texto para perderse en el ensueño.
Su autor, Stefan Bollmann, escritor y editor alemán, nos recuerda que el “furor de la lectura”, que pareció afectar a las mujeres a partir del XVIII, fue visto como una amenaza social y una prueba de la decadencia de las costumbres. Aunque Bollmann no cita el texto de 1801 del “izquierdista” francés Sylvain Maréchal, partidario de que las mujeres no aprendiesen las letras porque “leer abre las puertas peligrosas de la imaginación”, su visión nos recuerda que el libro era un atributo tradicionalmente masculino, del que se apropiaron en gozosa rebeldía las mujeres. Sin pretender una reconstrucción cronológica de la historia de la lectura, se testimonia, con textos cultos pero de tono casi volátil, cómo las mujeres hicieron suyo el placer íntimo de lo literario, desde lo místico a lo sentimental. Tanto el prólogo de Esther Tusquets, como la introducción y las reflexiones a pie de imagen de Bollmann, manifiestan que las mujeres alcanzaron nuevos horizontes con el acceso a la lectura, adquiriendo conocimientos, autonomía y capacidad para pensar por sí mismas. Desde la María Magdalena enfrascada en un libro sagrado de Ambrosius Benson (1540), pasando por la lectora con “incurable melancolía” en Habitación de hotel de Edward Hopper (1931), hasta una Marilyn fotografiada por Arnold (1952) y en apariencia sumergida en el Ulises de Joyce (inquietud intelectual que pone en duda el acertado prólogo de Esther Tusquets), la panorámica de imágenes sirve de soporte para que Bollmann despliegue una técnica narrativa cercana al collage. En los textos se insinúan ideas, se ofrecen datos históricos, se fija el contexto social, pero prima la divagación subjetiva. Se pretende ilustrarnos, no tanto a través de la descripción erudita sino en virtud de las subyugantes atmósferas imaginadas. Lo vemos en esa suerte de iluminación que embarga a la joven lectora de Domenico Fetti, inspirando a Bollmann este comentario: “ella nos hace sentir que la lectura, como el cinturón mágico de Afrodita, tiene el poder de conceder la gracia y garantizar el amor”. Flaubert quiso que la vida imaginada de las novelas fuera la perdición de Madame Bovary. Estas imágenes nos hablan de lo contrario: de conciencia atenta para llegar más lejos. “La literatura apacigua momentáneamente esa insatisfacción vital, pero, en ese milagroso intervalo […], somos otros”, ha escrito Mario Vargas Llosa. De la mano de grandes artistas, la transformación que ejerce la literatura, salta a la vista. Boucher ha representado a una marquesa de Pompadour con libro, en su recargado aposento, tal vez esperando a Luis XV, pero sobre todo con el gesto infantil de la evocación soñadora. Así, la niña tendida sobre un diván, del simbolista inglés Burne-Jones, tan concentrada que se ha convertido ella misma en un personaje del libro. Parecida expresión arrobada en la Muchacha leyendo de Théodore Roussel. Abundan los retratos de mujeres desnudas leyendo, como una que lee en la cama, pintada por Valadon, que fuera modelo de Renoir y de Toulouse-Lautrec. Aposentos íntimos, interiores holandeses o jardines nórdicos nos muestran un retablo de mujeres lectoras, muchas de ellas entregadas al “goce del texto”, perdidas en esa vida más amplia y “plenamente vivida”, como diría Proust, que es la literatura.
(Lourdes VENTURA)

1 comentario:

marga dijo...

EL MUNDO NO ES UN JUGUETE
Meirieu, Philippe (Graó)
Precio:19 € ($25,5)
361 páginas.
El mundo no es un juguete. Esto es lo que dice, con voz alta y firme, Philippe Meirieu, ante este fenómeno preocupante que tiende a transformar nuestro universo en una gigantesca ludoteca. Con apariencia de seriedad o quitándole importancia, por todas partes se juega a todo: a la bolsa, a la escuela o a la guerra, a la seducción o a la destrucción, pero, eso sí, dejando tras de sí cadáveres de verdad y seres humillados o amargados. Y es que si bien un niño descubre el mundo jugando, jugando, un adulto lo destruye. Entonces ¿es que nos hemos convertido en «niños rey», incapaces de distinguir entre juego y realidad, que arrasan cuanto se pone en su camino?

Ya empieza a ser urgente guiar a niños y adolescentes en su aproximación al mundo para llevarles a que descubran la fragilidad de los demás y a que resistan a la tentación de la prepotencia y, con ello, prepararles para luchar contra la hegemonía del juguete que es también la del desprecio y la violencia. Sí, hacen falta referencias educativas claras y también un proyecto político.

Philippe Meirieu nos guía por este camino a partir de una serie de reflexiones. En pequeños capítulos, el autor reflexiona sobre aspectos como la educación de los más pequeños y la formación de los ciudadanos, la moda y la televisión, las relaciones familiares y la educación para el medio ambiente, así como la autoridad de los adultos y la función de la escuela. Y en sus palabras encontraremos desde un eco a nuestras propias preocupaciones hasta herramientas de reflexión y pistas para la acción. Todo ello con un principio fundamental que hoy en día es más necesario que nunca: no debemos reducir el mundo a un juego, a una pantalla o a un objeto de deseo, sino aprender a vivir en él todos juntos y procurar que dure más que nosotros.