Desde mi retiro veraniego, sin acceso a internet, os he echado de menos. Lo primero que hice ayer, al llegar a Sevilla fue tirarme de cabeza al ordenador a ver si había nuevos comentarios, pero se ve que el grupo anda como yo, dedicado a holgazanear. Espero que todas estéis aprovechando el verano para disfrutar de todos los placeres que tengáis a mano, incluida la lectura, por supuesto.
Yo he hecho de un magnífico viaje a Portugal con Elena y Ramón, para ver a nuestros boy-scouts, y después me he retirado a Punta Umbría, en compañía de mis niñas y mis libros. Me he dedicado a fondo a la lectura y a otro de los placeres que más me gusta: la tertulia. Sentada en mi sillita de rayas al fresquito de la orilla del mar, en compañía de amigas y con la vista clavada en unos puntitos que saltan al paso de cada ola.
Mi mesilla de noche playera, que tampoco es de IKEA, está llena de libros que esperan obedientes su turno de lectura, cada uno de ellos ya con su fichita de lectura metida en la primera página. Me está resultando muy útil la ficha, porque apunto palabras que no conocía y luego, cuando tenga tiempo, las buscaré en el diccionario (aquí no tengo).
Ya me he leído el obligatorio "El niño con el pijama a rayas", del que no digo nada hasta la próxima reunión, aunque creo que me lo tendré que releer días antes de nuestra cita, porque se me va a olvidar.
El segundo libro que ha caído es "Si te comes un limón sin hacer muecas" de Sergi Pàmies (Ed. Anagrama), una colección de veinte deliciosos relatos que se comen en un rato, aunque es imposible no hacer muecas. Lo recomiendo, es cortito y os va a encantar.
El tercero: "Otra maldita novela sobre la guerra civil", de Isaac Rosa, libro que NO RECOMIENDO, y que para ser sincera me he leído saltándome muchas páginas, ya que me ha parecido flojo y poco interesante.
Como cuarta lectura me he leído, al rumor de las olas tal y como me recomendaron, "El rumor del oleaje" de Yukio Mishima. Me ha gustado mucho, aunque me produce cierto desasosiego las vidas tan estructuradas, en las que salirse del guión es una tragedia.
El quinto lo elegí después de ver el programa de televisión de Jesús Vigorra "El público lee", en el que estaba invitado Carlos Fuentes para hablar de su libro "Todas las familias felices" de la editorial Alfaguara, así que me piqué y me lo compré. Pero ¡oh, tragedia!!, el último capítulo (y tiene 421 páginas) tenía muchas hojas en blanco!!!, con lo cual me quedé sin saber el final. Me gustó mucho, son 16 relatos entre los que se intercalan 16 prosas poéticas, que hablan de males sociales y personales, de vicios públicos y privados, y muestra la cara más cruel y retorcida de la humanidad. Me encanta la ironía del título y la foto de portada, que se refiere a que todas las familias aparentemente felices esconden "algún muerto en su armario". No os lo puedo dejar, porque tuve que devolverlo a la editorial después del fallo de impresión y no dio tiempo a que me trajeran otro.
El sexto lo compré porque me gustó la portada, lo reconozco. Es "El cirujano de las indias" de Jacinto Rey (Ediciones El Andén).
El séptimo me lo había dejado Marga, y me enganchó hasta desatender mis obligaciones familiares durante los días que duró su lectura.
Como éste me falló, mi cuñada Marijó me dejó "Cometas en el cielo" de Khaled Hosseini, publicada por Salamandra, mi octavo libro veraniego, y también lo recomiendo. Cuenta la conmovedora historia de dos padres y dos hijos de Kabul, de su amistad y de cómo la casualidad puede convertirse en hito inesperado de nuestro destino. Amir quiere demostrarle a su padre que ya es todo un hombre, y se propone ganar la competición anual de cometas de la forma que sea, incluso a costa de su inseparable Hassan, su sirviente y compañero de juegos desde la más tierna infancia. A pesar del fuerte vínculo que los une, después de tantos años de haberse defendido mutuamente de todos los peligros imaginables, Amir se aprovecha de la fidelidad sin límites de su amigo y comete una traición que los separará de forma definitiva. Así, con apenas doce años, el joven Amir recordará durante toda su vida aquellos días en los que perdió uno de los tesoros más preciados del hombre: la amistad.
verano que las mujeres de Punta Umbría aprovechamos para renovar nuestro ajuar con las famosas e inigualables toallas portuguesas (je, je... no digo más por si hay algún espía masculino), dejamos a nuestro retoños a buen recaudo, cogemos el coche y nos vamos a Villa Real de Santo Antonio, que es un pueblo que todas conoceréis por la calidad de sus toallas y paños de cocina, pero que guarda tesoros ocultos a los ojos de las más marujas. Si alguna quiere apuntarse y está dispuesta, ya sabéis mi teléfono. Estoy intentando captar adeptas para nuestra causa, así que uno de los temas de los que hablaremos, entre toalla y toalla, será de vosotras. Si os pitan los oídos, ya sabéis la causa. Y si queréis toallas, hay unas en IKEA que están estupendamente de calidad y precio. A lo mejor (si tengo tiempo) os traigo de recuerdo un pañito con el gallo portugués, que quedan muy monos y secan la mar de bien.Espero que en septiembre nos encontremos renovadas todas, guapísimas y morenísimas, con muchas ideas para HOY LIBRO! y muchas propuestas de lectura. Besos a todas!!!
















