jueves, 18 de septiembre de 2008

COMENTARIOS A LA SONRISA ETRUSCA. JOSÉ LUIS SAMPEDRO

Hija, María Norte, que no has tenido éxito esta vez con tu recomendación. Los comentarios negativos han sido casi unánimes. Excepto a María del Mar (y a tí, por supuesto) a nadie le ha gustado.


Los votos en la encuesta del blog ya los sabes:
Total: 4 votos
Mucho: 1 (¿el tuyo quizás?)
Regular: 3
Malo: 0


Empezó el debate María Sur, que dijo que le había gustado regular, el tema sí le gustó, y la novela es tierna, le gusta la relación abuelo-nieto, pero la lectura le ha resultado pesada y un poco ñoña.


Isabel dice que le resultó un chasco, ya la leyó hace años y le gustó, pero ahora le ha costado.


Rocío está de acuerdo, además dice que después de leer a Truman Capote se hace más difícil la lectura. Dice quue tiene demasiada testosterona y hay detalles en los que se recrea que son irrelevantes, como cuando el niño se pilla el dedo con un mueble de la cocina.


Cristina dice que la primera vez que la leyó (hace ya ¿décadas?) tampoco le gustó, cree que no es creíble que un hombre tan rudo pase a ser tan excesivamente cariñoso de golpe. Le dá pena de la mujer (la madre de Renato) de la que apenas habla, sólo lo hace de Dunka y Salvinia, la molinera.


A Elena tampoco le ha gustado y le parece super maniqueo.


Marga la recordaba como uno de los mejores libros que había leído, y lo ha recomendado mucho, pero ahora lo ve repetitivo, empalagoso, pesado... A Andrea, que es con quien ella más se ve reflejada como madre trabajadora, cree que la trata muy mal. Sólo le gusta la escena en la que él cruza la plaza de su pueblo del brazo de Savinia. Cree que todo lo resuelve con tópicos.


Pepa dice que su forma de escribir tiene demasiados cortes, exclamaciones y comas, y que le ha costado mucho trabajo terminarlo.Cree que el resumen de lo que ha querido contar Sampedro es que la edad y la enfermedad no limitan en nada la vida.


Pililebe va más lejos, y dice que llegó un momento de la lectura que dijo ¡Rusca, mátale ya!. Lo leyó en los 80. No le gusta la estructura, y el ritmo le parece muy lento, aunque Sampedro, como persona le encanta, y ha ido a tres cursos con él en la Menéndez Pelayo de su tierra.


A María del Mar le ha gustado, aunque no le ha apasionado. Le resultaron pesadas las historias de la guerra. Le gustan las relaciones interpersonales, ve muchos paralelismos: abuelo-nieto, vida rural-urbana...
Se plantea el tema del sarcófago, y yo hago un comentario del que se burlan las teenagers, para que veáis que soy honrada lo pongo: dije yo que en los sarcófagos normales representan a los muertos (carcajadas!!!) pero que los etruscos representan a las personas disfrutando de la vida, la pareja está tumbada como si estuvieran charlando en una cama. En fin, cosas de los gin tonics...


Se plantea el debate de si Sampedro es tan machista como aparenta la novela, algunos párrafos son tremendos, las mejores mujeres de las novelas tienen tetas, y las peores no. No hay ningún personaje que resulte mínimamente simpático.

9 comentarios:

Pilar dijo...

Hoy he vuelto a colocar "La Sonrisa Etrusca" en la estanteria donde descansaba y, no sé por qué, sentí como pena. Pena porque cuando lo bajé hace unas semanas no pensé que aquel sabor de boca que me había dejado hace ya muuuuuucho tiempo, se iba a convertir en ansía por terminarlo mezclada con decepción. Me pregunto si, tal vez, los libros no son como los lugares de tu pasado: que bien frecuentemente es mejor dejarlos vivos en la memoria que matarlos un poco con la mirada nostálgica.

Marga dijo...

A mí me ha dado miedo, Pilar. Me preocupa haber perdido sensibilidad, haberme vuelto más fría. ¿Cómo algo que me inspiró tanta ternura hace unos años me puede provocar ahora hastío? Para justificarme pienso que quizás haya madurado(aunque ya sé que por mi edad aún no me toca), que no es malo ser crítica ni exigente...pero yo me pregunto si no era más feliz antes.

Pilar dijo...

Marga, éramos más ingenuas. Más ingenuas con la vida y con nosotras mismas.

Cristina dijo...

Me pasó lo mismo que a Pilar con "En busca del tiempo perdido" de Proust. Lo devoré en mis años mozos en una edición amarillenta de mi padre. Lleva dos veranos en el cajón de mi mesilla de Punta y no paso de la página 10. ¿Porqué algunos libros no deben salir del cementerio de los libros olvidados? güena pregunta... dá para un debate de los nuestros. A propósito... tengo el bizcocho preparado para nuestra cita y aquí no viene naide ¿a que me lo como?

Anónimo dijo...

Leyendo los comentarios suscitados en las de miradas nostálgicas, y en las que van madurando, y en las desentarradoras de libros…he viajado al futuro, imaginándonos dentro de treinta, cuarenta años, por ej. en torno a una mesa, no se si de restaurante maravilloso o mejor mesa camilla con braserito, aliviando nuestros artrósicos esqueletos bajo caras “resurfaceadas”, y me ha parecido oir otro tipo de comentarios; viajando a marte en aceleradores de partículas, mirando a nuestros hijos con cara de asombro, y chocheando con unos seres pequeñitos, que aunque nazcan con ipods y pcs en lugar de neuronas, seguiremos llamando nietos, empeñándonos en contarles nuestras batallitas pasadas y llenándoles el corazón de todo el amor que seguro, a pesar del tiempo, nos quedará por dar.
Mientras, un grupo de jovencitas cuarentonas, en la mesa de al lado y gintonics, o sustituto sideral, en mano, criticarán apasionadas nuestro maniqueismo, nuestra chochera y nuestra cabezonería, pensando quizás que nuestro sitio es otro… Y nosotras,
con la mirada de chicas malas que un día fuimos, les ofreceremos entonces la mejor de nuestras sonrisas etruscas.

Pilar dijo...

Amén, María; y, si me permites tomar tu final:...les ofreceremos la mejor de nuestras sonrisas etruscas sabiendo con certeza que, antes de lo que piensan y, muy posiblemente intuyen, estarán ocupando nuestra mesa y verbalizando nuestra conversación perdida en el tiempo y recuperada por pensamientos en generaciones futuras que confirman que el ser humano, en esencia, apenas evoluciona.

Marga dijo...

Disfruto leyendo vuestras divagaciones. ¡¡¡No me he vuelto tan dura como pensaba!!!

Cristina dijo...

Y Miguelito, ya con pelo en pecho, le dice a una Lucía que mueve desenfrenada un carrito de bebé con autopropulsión a chorro: "ya están éstas chocheando otra vez con sus historias de ese tal Mr. Crow, anda que no son antiguas, si siguen leyendo en esos anticuados libros de papel y no quieren ni mirar este e-book", mientras Marta, más benévola con la ancianidad, les recrimina a la vez que le chilla a su tercer hijo para que no se suba en el árbol sintético que adorna su jardín virtual... ¡Dios, qué vértigo generacional!

angeles dijo...

Yo estoy con Maria-Norte y con Mª del Mar. Me ha gustado el libro. Me gusto la primera vez que lo leí y me ha gustado ahora. Expone en prosa poética los sentimientos, encorsetados, enfriados por la vida de hoy de los personajes protagonistas. Al comentario de Pililebe, que le parece en algunos momentos un machista el abuelo, creo que está exponiendo su punto de vista, sus gustos desarrollados en una época en que lo políticamente incorrecto no existía. Creo que no debemos juzgar al personaje desde nuestra visión, sino como nos está transmitiendo esa manera de pensar y de ver la vida, aunque sea simplista en su contenido, siempre desde nuestra manera de pensar, de mujeres independientes, con otro sentido de la estética y con un baremo, a la hora de juzgar, bastante diferente.
No se, a mi me ha removido algunos sentimientos bastante enfriados y, sobre todo, he visto a un ser humano, que se ha agarrado a la vida como un clavo ardiendo en la persona de su nieto, y eso le ha hecho cambiar. Ese cambio y su manera de contarlo es lo que mas me ha gustado.