“En aquella libreta llevaba un registro conmovedor y minucioso de la cuenta corriente de su amor”, dijo Leónidas del diario de Amélie, y lo mismo espero sea esta crónica de nuestro encuentro. Más conmovedor que minucioso, pero con una cuenta corriente bien saneada, ¡nada de números rojos! Una cuenta corriente que va sumando encuentros, anécdotas y estupendas amigas en la lectura y en otras cosas menos literarias pero igual de importantes (y que conste que no lo digo por el fondo, que aumentó gracias a nuestra tesorera).
Tras un ratito de descanso que algunas aprovechamos para tomarnos un gin-tonic y machacarnos más el maltratado cuerpo, volvemos a encontrarnos a las nueve de la noche. Debo reconocer que yo estaba machacada tras mi semana de couldina y klinex, tanto que mi hija Marta me dijo antes de que saliera con el bolso colgao del hombro y las ojeras puestas: "mami, ¿y tan obligatorio es eso de Hoy Libro?". Ya con la Margaretta en el taxi me recuperé un poco, pero lamento mucho que mi cuerpo y mi voz no estuviera a la altura de las circunstancias.
Asistentes:
Cáceres (12): Mayte F., Marga, Rosalía, Verónica, Rosa, Isamari, Emma, Emi, Bea, Carmina, Julia y Pilar Bacas
Sevilla (10 ¡nos han ganado!): Adela, Ángela, Ángeles, Elena, Isabel, Julia Carlota Rocío, María Norte, Marga, Pililebe y yo, Cristina
A las nueve estábamos puntuales en el Restaurante El Abuelo, donde Ángela se había encargado de reservar ¡el restaurante entero! Cuando llegamos empezamos a revolverlo todo para colocar las mesas como mejor nos venía para vernos bien las caras, ante el espanto de Macuti, la dueña. Quitamos manteles, platos y cubiertos hasta formar un rectángulo. Nos alternamos cacereñas y sevillanas para que así la convivencia fuera más estrecha, y tras el brindis de bienvenida, repartimos regalos.
Nuestro humilde y manual bolsito con separador dentro quedó en pañales con la bolsa que tenían ellas preparadas ¡glup! de todo para que en el próximo encuentro estemos monísimas de la muerte: ampollas para tener la cara como una quinceañera, perfumes, estuches de manicura, pelotitas pa ponernos el pecho firme... ¡de tó! ¡un kit completo de belleza en siete días! y para la belleza interior, tres libros. ¡Con éstas no se puede!
Después alguien inventó que dijéramos nuestros nombres, cual terapia de grupo, acto que fue boicoteado por las traviesas del gol norte. A la sucesión de platos fue subiendo el tono de las voces (de algunas voces... por cierto, por si a alguien le queda alguna duda, yo soy la mudita del gol sur). De pronto Marga y Isamari tomaron las riendas y pusieron orden con el habitual ya martilleo de las botellas con el tenedor. Emulando a Umbral y al grito de "¡Hemos venido a hablar del libro!!!" enmudecimos todas. Y el libro en cuestión era "Una letra femenina en azul pálido" de Franz Werfel.
Momento memorable cuando todas, guiadas por la abadesa María Norte hicimos prácticas con las servilletas recordando al padre prior. ¡Qué bien se os dan las manualidades, hermanas!
Yo, como Isa Mari, no tengo ganas de contar detalladamente el resultado de tan intenso y acalorado debate sobre Leónidas, que todas tendréis en vuestra memoria. En la encuesta del blog ha habido 11 votos: a 9 le han gustado mucho (aunque alguna dijo que habría votado "bien" si yo lo hubiese puesto...) y a 2 regular.
Sólo diré que nuestro encuentro no pasará "del escritorio de la vida al archivo de los asuntos concluidos" de Leónidas, porque ésto no ha hecho más que empezar, y así lo demuestran las ganas que teníamos de poner ya fecha a la siguiente cita, que hemos decidido que sea en territorio neutral, alguien propueso Llerena.
Marga comentó que había buscado en el diccionario "entusiástico" y que existía, pero que lo que no existía era entusiasmada, "así que nosotras estamos entusiásticas con el grupo de Cáceres", ¡es que ella es nuestra María Moliner particular!
Las sevillanas hemos comprobado que la disciplina de voto es más estricta en vuestro grupo, aquí somos un poquito más caciques (no de ron, sino del otro), y en menos que salta un galgo lo apuntamos en el acta y listo. De ahí al blog y si te ví no me acuerdo. Luego hay protestas "po yo no me enteré de eso", "¡ah! ¡po lo pone en el acta!". Cosas de la juventud lectora comunitaria.
Se procedió a votar el siguiente libro que leeremos en la próxima cumbre, y salieron varias propuestas no del gusto de todas, hasta que se llegó a la fumata blanca: ALBERTA TIENE UN AMANTE de Birgit Vanderbeke (Editorial Salamandra).
Yo, como podía hablar poco, pero de las manos estoy estupendamente gracias a Dios, apunté algunas propuestas de lecturas que me hizo Pilar Bacas, y que las pondré con sus reseñitas monas en otra entrada, junto con la lista de libros cortos que propuso Maite.
Y como me dijo un amigo al que me encontré por la mañana en la calle Sierpes y nos vió a todas juntas: "ay! ¡cuánta chochona junta!". Eso debieron pensar algunos de los que asomaban la cabeza por El Abuelo y asustados huían al encontrarse de bruces con nuestra mesa.
Tras el postre y el chupito quisimos seguir la juerga, pero estaban las terrazas de la Alameda cerradas, así que algunas nos retiramos a nuestros aposentos... las pendonas que no se retiraron que cuenten qué hicieron, que se me ha olvidado preguntar.
2 comentarios:
Te voy a contar lo que hicimos después del escaqueo general. Encontramos una terraza cerquita del hotel, donde amenazaron con echarnos en breve. Pero bueno, ahí nos quedamos con una ronda que dió bastante de sí. Unas risas, más risas... y a la cama a descansar pues ya estában gritando nuestros huesitos que qué pasaba!! Ya en el hotel... página y media del libro en uso....y a dormir!! Lo demás ya lo has contado tú estupendamente. Ya decía yo, que hablar no hablabas, pero estabas concentrada del "tó" y venga a hacer fotos. Excelente resultado!!
Otro beso
Bea, nadie os puede decir que no aprovechásteis el fin de semana a tope, ¿eh?. A la hora que os levantásteis para venir y la carita de marcha que tenéis a las "x" de la madrugada en la foto.
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