30 de abril. Hoy es mi cumplemadre feliz

Y por partida triple.

Hoy hace ya diez años que me estrené en esta tarea. Sin libro de instrucciones ni nada, como todas. Y dos años después, este mismo día, volví a repetir ¡pero esta vez por partida doble!!.

O sea, que hoy que mi casa se llena de globitos, niños chillando, gusanitos y patatas, que las losetas del salón se llenan de la pringue que dejó la fanta derramada, soy yo la que debería celebrar mi cumplemadre feliz, y además por triplicado.

Pero me pongo tierna este día, muy tierna, demasiado tierna, ya sabéis vosotras lo propensa que soy a la melancolía, y me vienen oleadas de recuerdos, ruidos y olores... de la luz matinal que inundaba el paritorio, del orgulloso abuelo mirando los ojos del niño que heredaba su nombre, de las dos cunitas, una a cada lado de la cama, sin saber a cuál de ellas mirar, de la primera noche, que pasé en vela con una manita que se aferraba fuerte mi dedo, del dulce y penetrante olor a bebé, de la primera mirada de reconocimiento que crucé con esos seres que habitaron mi barriga tanto tiempo y que por fin podía tocar.

Han pasado los años demasiado deprisa, y ahora los miro sorprendida y feliz de cómo se van haciendo mayores y se van asentando esos rasgos que ya de bebé traslucían. Tres personalidades diferentes, independientes y cariñosos, que tienen claro lo que quieren y cómo lo quieren, sanos y sociables, felices, aunque a veces demasiado cabezotas para ser míos (¿a quién saldrán tan cabezotas?)...

Y me siento orgullosa de celebrar este día, aunque sigo teniendo miedo, miedo a marcarle los pasos equivocados, miedo a que no sean felices (¿y quién lo es?), miedo a que el destino los señale con terribles pruebas, miedo a que cambien, a que cambie esa relación que hoy tenemos, miedo a perderlos.

¿Por qué es tan difícil y tan fácil a la vez? ¿Por qué esta alegría y esta pena?
No lo sé, pero es mi cumplemadre feliz por triplicado y quiero compartirlo con vosotras. Terapia de grupo...